Por Silvina Baldino
Las famosas medialunas argentinas, esa tradición que va muy bien con un café. En La Plata resurgió la pasión por la medialuna con La Mantequería, un emprendimiento familiar que no para de crecer. Gr andes, esponjosas, el mejor hojaldrado, con una capa de almíbar que deja los dedos pegajosos y felices, las medialunas de La Mantequería cautiva a gr andes y chicos en la ciudad y los motivos, sobran.
Todo comenzó en los años ’80, cuando Pedro Jáuregui Lorda llegó a La Plata para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. Un buen día, la mamá de un compañero de conscripción les acercó unas medialunas de la Confitería París. “Quedé fascinado con la calidad, nunca había probado algo así”. Tal fue el flash que un día Pedro aprovechó su jornada libre y pasó por La París. Allí se encontró con el dueño y le preguntó cuál era “el secreto de la medialuna”, lo que el hombre contestó: “El único secreto es que utilizamos manteca, y de la mejor“.
El sabor de esta medialuna bien lograda “quedó muy adentro mío”, dice Pedro. Finalizada la colimba volvió a su Pellegrini natal y comenzó a trabajar con su papá en su fábrica de quesos. En la década de los 90 quebró. Ahí, Jáuregui Lorda empezó a desempeñarse como maestro quesero en La Serenísima, y unos meses antes de renunciar alquiló una panadería y empezó la historia. “Tenía muchas ganas de trabajar la harina y además, quería volver a esa medialuna que había alguna vez comido en La Plata”. Fue entonces en Pellegrini donde empezó la alquimia para lograr las mejores medialunas.
La Mantequería nace como un proyecto familiar persiguiendo el sueño de lograr una medialuna de calidad suprema. “Yo elegí un camino complejo que es el de la alta calidad, producir con la mejor materia prima“, confiesa con orgullo Pedro y revela el secreto de su producto estrella: “Trabajamos con manteca Sancor; un granjero de la zona nos provee huevos a base de maíz, por eso el color que tienen nuestras medialunas. No es colorante, es puro huevo”, aclara. “La leche proviene de tambos y es de primera linea, y además utilizamos una harina especial que no suele emplearse en facturería, porque además de tener bajo nivel de gluten, da como resultado un producto tierno, esponjoso”.
El mayor compromiso de la Mantequería se centra en mantener la calidad a través de estrictos controles en el proceso, tanto en la elección de los ingredientes, así como también en la manufactura artesanal. “Nuestro producto es natural, tenemos el orgullo de decir que adentro de la medialuna no hay nada químico, no hay nada artificial”, dice su creador. “Maestros pasteleros me han preguntado cómo logro la esponjosidad en la medialuna, cuando hoy se consigue con emulsionantes. Yo les digo que es porque utilizamos huevo de excelente calidad”. Además, todos los productos de esta marca son elaborados en el día para garantizar la calidad y frescura.
Hace 4 años la historia de La Mantequería se iniciaba en La Plata. Decidido a dejar su ciudad natal para acompañar a sus hijos que habían comenzado a estudiar en la Universidad local, Pedro plantó b andera en La Plata y abrió su primer espacio en calle 11 entre 54 y 55 junto a su hija Celina, que es chef y que actualmente sigue administrando el espacio. En ese pequeño local, con la misma estética moderna y cuidada que hoy caracterizan a la decena de locales de la Mantequería, se elaboraban las medialunas.
“Cuando vine a la ciudad con la idea de desarrollar este proyecto, hice un estudio de mercado y volví a La París. Pero me encontré con la sorpresa de que ya no trabajan con manteca, sino con margarina. La idea de mi proyecto se fortaleció porque estaba convencido de que el platense tenía una memoria de la manteca en la medialuna muy fuerte, y lo iba a adoptar”. Pedro no se equivocó. Tan sólo año y medio después del desembarco a la escena gastronómica local, la dem anda motivó a la apertura de una fábrica central -19 entre 57 y 58- en donde hoy se elaboran más de mil docenas diarias de medialunas.
“Empecé con mi hija y hoy son 50 familias viviendo de esto. Es otro orgullo”, cuenta Pedro. “Creo que la industria pequeña es el motor del país; y a pesar de la complicada situación económica que estamos pasando, nosotros apostamos a eso, porque hay un segmento de la población que valora la calidad y nos premia el ir por ese camino”. En La Plata, Pedro vive con su mujer y sus cuatro hijos, cada uno con un rol en La Mantequería, donde además de medialunas dulces se elaboran croissants, cañoncitos rellenos, y enroscaditas.
La receta de origen de La Mantequería concentra todos los atributos para dignificar la tradicional medialuna argentina y llevarla a su máxima expresión. “La medialuna es un producto argentino muy popular, pero yo siempre quise que sea de la mejor manera, de excelencia”, confiesa su creador y destaca: “Apostamos a dignificar el paladar de la gente. Que la gente pueda probar algo y diga ‘uh qué placer’; porque realmente me hace felíz el placer que le genera al cliente comer algo rico”.
Uno de los grandes objetivos de Jáuregui Lorda es poder exportar. También, sueña con unir sus dos pasiones: la medialuna con el helado artesanal. “Me estoy capacitando con un reconocido maestro heladero en Capital para largarme en la elaboración de un producto, que tiene que ser de extrema calidad, con los mejores productos que se pueda conseguir”, anticipa.
Pedro está convencido de que el camino del éxito está en el amor y la pasión para elaborar un producto noble que revivan emociones y que resulte una experiencia de sabores que los distinga como producto. Porque “soy un apasionado por los productos de buena calidad. La medialuna -la novia del café con leche- perdió protagonismo y nosotros queremos reivindicarla”.
La Mantequería
11 Nº 1083 e/ 54 Y 55
Av. 44 Nº 1383 e/ 22 Y 23
46 Nº 606 e/ 7 Y 8
Av. 44 Nº 782 e/ 10 Y 11
Av. 13 Nº 324 e/ 38 Y 39
Av. 25 e/ 505 y 506, Gonnet
473 bis Nº 633 e/ 14B Y 14C, City Bell
64 E/ 137 Y 138, Los Hornos
Av 7 no. 2142 e/ 75 y 76, Villa Elvira
Horacio Cestino N° 423, Ensenada
Carlos Pellegrini N° 655, C.A.B.A.
Web: www.lamantequeria.com.ar
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