Dos hermanos que heredaron la pasión por la música a través de su padre y hacen Sincronizados. Ellos son Ariel Giordano y Belén Giordano, y acaban de lanzar “Mutant3”, su tercer disco, con una fuerte apuesta en una nueva faceta electrónica. Desde su formación en 2014 en la ciudad de La Plata, el proyecto fue mutando pero siempre mantuvo su esencia. Hoy se reencuentran cantando al frente y a la par en un universo más electrónico. En un mano a mano con #Pinta, Ariel nos cuenta un poco más sobre su vida musical de los hermanos
– ¿Qué recuerdos musicales tienen de su infancia?
La mayoría de los recuerdos que tengo de la infancia tienen que ver con la música. El otro día Belén me recordaba algo que yo tenía medio borrado de mi memoria. Cuando nuestros viejos me regalaron mi primer teclado Workstation, un Yamaha psr 630 con disquete de 3 y 1/2, yo tendría 10 años y tenía la posibilidad de grabar 16 pistas en un solo tema. Ni bien terminaba una canción, la pasaba a un cassette y se la hacía escuchar a Belu (que tenía 3 años y que apenas podía hablar y caminar) para ver qué le parecía. Y así hacía también con cada persona que entraba a mi casa. Terrible hincha pelotas desde chico. (risas)
– ¿Qué los llevó a formar este dúo musical?
El formato actual de Sincronizados se fue dando naturalmente. El proyecto es un espacio donde cada uno de nosotrxs tuvo diferentes roles en cada disco. En el primer disco yo estaba más de frontman, y Belu se encargaba de organizar un coro de tres voces que formaban parte de la banda. Esa idea de ser un solista con banda muta por primera vez en el 2016, cuando empezamos a encarar el disco Ahora y acá que sacamos en 2017 ya con el nombre Los Sincronizados. Belu en las teclas y único coro y yo cantando e intercalando entre el piano y el bajo.
Este dúo se hace más sólido ahora en Mutant3 donde los dos encaramos juntxs el camino de la búsqueda electrónica dentro del funk, como siempre acompañadxs por muchxs amigxs que también forman parte del sonido de Sincro; pero esta vez haciéndonos cargo de que nosotrxs dos somos hoy las voces de este proyecto.
– ¿Cómo fue el proceso creativo de Mutant3?, y ¿cómo influyó la pandemia?
Elegimos 10 canciones, entre varias más que teníamos en un cuaderno. Muchas de las letras eran nuestras y otras de amigxs, a quienes con mucho respeto les pedimos permiso para modificar y mutar varias palabras y adaptarlas a lo que teníamos ganas de contar en cada canción. Una vez que podíamos cantar las canciones con una guitarra criolla, emprendimos el viaje de la producción, donde nos encontramos con la búsqueda del sonido electrónico; un poco porque la pandemia no nos daba muchas posibilidades más que las que teníamos a nuestro alcance y otro poco porque de mi parte, como productor, ya venía coqueteando con estos sonidos electro house que aparecen en el disco.
Empezamos una primera búsqueda en la pre producción junto a Facu Radu y Juli Saenz en la productora independiente Sindicato de Manijas, y cuando más o menos los temas ya empezaban a tener una estructura, arrancó la etapa de producción donde grabamos muchos sonidos de instrumentos orgánicos, que luego los transformamos en samplers para generar la estética del sonido electrónico. En ese proceso grabaron Zeke rengifo (batería), Gero Franco y Leo Barraso (guitarras), Caro Cristaldo (bajo en “Voy a cuidar mis diamantes”) y Brian Vainberg de Nafta (bajo en “Conectando”), Luis Álvarez (armónica), Juan “Mono” Fantaguzzi (trompeta).
También conectamos con nuestro hermano Franqui Quiroga con quien compusimos “Nada de eso” e hicimos una adaptación de uno de sus texto en la canción “Reflejo & Bosque”. Y una de las participaciones más lindas de este disco es la de Dauji Dham, un amigo que es Hare Krishna y prefiere mantenerse anónimo, por eso es que no estamos nombrándolo mucho, pero me parece importante mencionarlo porque ya he compartido varios proyectos musicales con él. Y en este disco en particular, forma parte de una grabación de mantras que nos dejó hacer en su templo y pueden escuchar en el tema “Slowly time”, como también en varios textos que aparecen a lo largo de Mutant3.
El proceso de producción duro casi 2 años y empezó su etapa final en el estudio Astor Mastering donde nuestro amigo el Cana San Martin puso su magia en la mezcla y el master.
– ¿En qué se diferencia Mutant3 de los otros discos?
Mutant3 es mucho más electrónico que los anteriores. Si bien creo que mantiene la esencia de la música funk de los otros dos, este es un disco más cuantizado y digital, desde su composición hasta su finalización. Y además este tercer proceso de producción fue diferente a los otros dos. Creo que cada uno de los tres discos tuvo un proceso totalmente diferente al otro, por eso Sincronizados es un proyecto que muta constantemente y se percibe cierta comodidad en esa transformación.
El primer disco tuvo 14 canciones y fue grabado en tres meses intensos de jornadas largas donde se trató de conseguir una máxima calidad de audio para crear un sonido de funk big band lo más moderno y actual posible. El segundo se grabó en toma caliente. Tuvimos muchos meses de preproducción ensayando para ir una sola jornada de 10 horas y grabar de un tiro 6 canciones. Y este tercer disco llevó mucho más tiempo.
El concepto de la electrónica nos condujo a crear durante el proceso de producción y a adaptarnos a las posibilidades que teníamos. También nos llevó a realizar grabaciones más artesanales, para luego convertirlas en digitales y así crear sonidos nuevos y mutantes.
– ¿Cómo ven el escenario de los músicos independientes en la Plata?
La Plata está llena de artistxs muy grosxs y hay mucho contenido para escuchar. Ojalá haya cada vez más espacios para difundir y mostrar estos proyectos.
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