Por Silvina Baldino
Contundentes, de relleno generoso y con una perfecta combinación de sabores. Así son los alfajores de Ani Vedia, un producto que logró cautivar a los platenses y que está trascendiendo fronteras. “El otro día me mandan una foto desde Toronto!”, dice la pastelera con un alegrón enorme. Gente que viaja y que decide llevar un sabor argentino a otros lugares.
La historia de Ana es muy particular. Ana nació en Comodoro Rivadavia y pasó su infancia en Puerto Deseado. Al finalizar el colegio secundario se mudó a La Plata para estudiar en la Universidad. Pasaron muchos años hasta tomar la decisión que cambiaría para siempre su vida: dejar la ingeniería para cocinar. Fue así que en 2018, Ani entró al IAG. Recién recibida se anotó para ir a hacer una pasantía al exterior y obtuvo una beca para ir a trabajar al restaurante de Martín Berasategui en el País Vasco, España. Vino la pandemia y sus planes quedaron en standby. En 2022 se retomó la posibilidad de viajar y fue ahí cuando dejó su trabajo de ingeniera para dedicarse de lleno a su gran pasión: la cocina, algo que le apasionaba desde chica.
Ana pasó un año trabajando en el multipremiado restaurante y cuando volvió a Argentina tuvo acceso a las cocinas de Don Julio y Aramburu. Pero el trajín diario de trasladarse hasta CABA la desmotivaba, por lo que comenzó a cranear un emprendimiento en su ciudad. Fue así como surgió la idea de desarrollar un producto que los argentinos amamos: el alfajor. “Un poco la elección vino de la mano de lo sentimental, pues lo que más extrañaba cuando estaba en España eran los alfajores” confiesa Ani, “sumado a que cuando hice las primeras pruebas, mi pareja los probó y me dijo muy seguro: ‘es por acá'”.
Ani se ha ganado el mote de “Reina Alfajor”. Claro, quien los prueba quedan cautivados por su tamaño y sabor. La caja pesa más de un kilogramo y cuarto. Todos están realizados de manera artesanal y con materia prima de calidad. La pastelera hornea en la cocina de su casa, y su hermana Antonella la acompaña en todo el proceso de elaboración. Al principio eran sólo 3 variedades: marplatense, glaseado y el de nuez. Y hoy tiene 9, pero ha tenido un menú con 12 variedades. En promedio saca unas 40 docenas por fin de semana. En temporada alta (otoño / invierno) la demanda es tal que a mitad de semana tiene que cerrar los pedidos porque se agotan.
Como toda persona emprendedora, Ani se encarga de todo: contacta a los proveedores, desarrolla recetas, hornea, atiende las solicitudes de los clientes y sube contenido a las redes. En la cocina es organizada y muy exigente: lanza los productos cuando está satisfecha con los resultados. El secreto de su éxito: alfajores contundentes con recetas bien pensadas y la utilización de materia prima de calidad. Además de contacto directo que tiene Ana con cada uno de sus clientes.
Entre los más solicitados está el glaseado, con una buena dosis de dulce de leche. Y otros exitosos como el de chocolate con dulce de leche y corazón de caramelo salado, y el de corazón de frutos rojos. Los amantes del membrillo tienen el suyo: es glaseado y las galletitas son especiadas.
Los nuevos integrantes del elenco de alfajores de Ani tienen nombre. Está Alfacookie, una galletita estilo té inglés con chispas de chocolate semi amargo y semi baño de chocolate amargo. El Alfajor de Coco tiene galletitas de coco, relleno de dulce de leche y semi baño de chocolate amargo, con escamas de coco tostadas. El otro nuevo integrante es Black, galletita de cacao alcalino, relleno de dulce de leche, baño semi amargo con nibs de cacao chuncho, del Valle Sagrado e Peru.
Ani está en la permanente crecimiento del proyecto, un nicho que encontró y que le sienta a la perfección. “La idea para este año es seguir con el desarrollo de una línea de alfajores para eventos, además de ir probando nuevos sabores a partir de lo que los clientes sugieren”, dice la pastelera quien no descarta la posibilidad de incorporar a su porfolio trabajos en chocolatería y golosinas. “Es todo un desafío lo que se viene, pues además estamos en planes de mudarnos a un local con proveduría y dejar que mi casa vuelva a ser un hogar”, puntualiza entre risas.
Ana con su hermana Antonella en la cocina. Juntas elaboran los más exquisitos alfajores.
Las nuevas variedades de este 2025.
En Instagram: @anavedia
