Olinda: un antiguo convento convertido en hospedaje

Por Silvina Baldino

Hay lugares que desde sus orígenes, parecen predestinados a que sus huéspedes encuentren en ellos la paz, la tranquilidad, el silencio y el bienestar. Y los conventos son uno de ellos, donde se puede vivir una experiencia única: la de escuchar la larga historia que relatan sus muros y disfrutar de otros placeres.

El Convento da Conceição en la pintoresca ciudad colonial de Olinda, pasó de ser residencia de monjas a hotel. Fue construido en 1585, y poco se convirtió en un refugio para mujeres que querían dedicarse a la vida religiosa. Además, el Convento es el primero dedicado a Nossa Senhora da Conceição en Brasil, con una bella imagen barroca del siglo XVII en su capilla. Esa misma espiritualidad y esa paz sigue inundando hoy todos sus rincones, ahora que vive nuevos tiempos como hotel. Es que en 2018 el convento también abrió sus puertas para hospedaje y eventos.

Situada en el centro histórico de Olinda, Pousada Convento Da Conceiçao está pensado para poner en práctica el slow travel: descansar, disfrutar y relajarse. Y fácil es hacerlo en sus habitaciones de altos techos, camas sommiers y con una cuidada decoración en la que se han conservado algunos elementos propios del antiguo convento. Todos los cuartos cuentan con aire acondicionado, heladera, televisión smart y wi fi; sólo algunos, baño privado.

Todas las mañanas se sirve un rico desayuno buffet en el restaurante con una increīble vista panorámica de Olinda. Para teletransportarse a otros tiempos, nada mejor que pasear por sus pasillos y los patios que usaban las religiosas para descansar. Desde la terraza se puede apreciar una vista incomparable de la ciudad, el faro y el mar. Hay servicio de Wi-Fi en todas las áreas de la posada y estacionamiento gratuito. En las inmediaciones vas a encontrar la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia, así como los miradores de Alto Da Se.

Olinda es una ciudad para enamorarse. Está pegadita a Recife y es un destino que eligen quienes llegan a disfrutar de las playas de Pernambuco (Porto de Galinhas, Carneiros). En 1982 fue declarada por UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es la tercera ciudad más antigua de este país y guarda en su sitio histórico una vivencia que nos remete a siglos atrás: calles de piedras, casas llenas de color, iglesias históricas, museos y mercados que nos invitan a un verdadero viaje en el tiempo colonial.

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