Por Silvina Baldino
Visitar Japón es una experiencia en sí por el contraste cultural. Si a esto le sumamos que con el cansancio del avión y el jetlag haces una inmersión cultural extrema como es dormir en un hotel “cápsula” en Tokyo, la experiencia resulta increíble.
Pero, ¿Qué son los hoteles “cápsula”? Básicamente son lugares de alojamiento donde en lugar de alquilar una habitación alquilas una especie de litera, pero cerrada por todos los lados excepto por los pies. Y en cada unidad tienes televisión, música funcional, auriculares y un metro de altura para acomodarse. Los clientes potenciales y reales que copan más del 90% de ocupación de los hoteles cápsula son hombres y mujeres que salen de trabajar muy tarde y no les da tiempo o directamente no les compensa tomar un medio de transporte para volver a casa y estar a las ocho en punto en la oficina.
Pero para los turistas también pueden ser una experiencia inolvidable. Nada más entrar, en la recepción te dan dos llaves: una para el locker donde guardar las pertenencias y también donde encontrarás chinelas (ya que no se puede andar calzado) y un bolso con un kit que incluye yukata (pijama japonés), toallones, y amenities (esponja para baño, cepillo de dientes y pasta dental descartable, etc). La otra llave es una magnética que servirá para entrar al sector de descanso donde impera el más absoluto silencio. En el Nihombashi Bay Hotel hay ocho plantas. La primera sirve de entrada; la segunda se ubica la recepción, un cuarto para guardar las valijas gr andes, una cafetería y un lounge. Del tercero al quinto piso estaban alojados los hombres, y del sexto al octavo, las mujeres. Sí, hombres y mujeres separados, debido a que realmente hay poca intimidad y también a cierto machismo de la sociedad japonesa.
Una vez en el piso que correspondiente, hay que buscar la cápsula asignada. En cada cuarto dos filas de cápsulas, cada fila en dos alturas. Una vez dentro lo más sorprendente es que, a pesar de estar bastante encajonado, el metro de altura es suficiente para estar sentado y no hay sensación de agobio. La televisión, sólo en japonés y la música discreta. En el tablero podrás controlar también las luces, y tomas USB para cargar celulares y otros dispositivos electrónicos. Para quienes padecen sensaciones de claustrofobia, sepan que las cápsulas son amplias y no están del todo cerradas, tienen una cortina roller para dar un poco de intimidad.
Normalmente la gente se quita la ropa, la guarda en el locker, y ya con el yukata se pasean por los escasos espacios públicos y duerme con ella. Para ir al baño hay que salir a la zona de los lockers. Allí nos esperan un cuarto con baños comunes (usar las chinelas especiales dispuestas a su entrada), y otro cuarto en común en donde encontrás un área de tocador con bachas y enormes espejos, además de duchas con vestidor en compartimentos individuales.
Lo más curioso de toda la experiencia fue el silencio. En Japón, el concepto es meramente de descanso y respeto a los demás y la realidad es que, a pesar de la exaltación que vive un viajero ante tan fantástica experiencia, se cumple con el cometido: pasar unas cuantas horas en absoluto silencio, cómodamente, a solas, y sin que nadie te moleste.
El recorrido por el Nihombashi Bay, en estas imágenes >> Nihombashi Bay Hotel
Dónde: a 7 minutos a pie de Tokyo Station
Estadía: desde 3.500 yenes (700 pesos argentinos)
Más info: www.bay-hotel.jp