Por Silvina Baldino
Victoria Brond es enóloga. Tiene 42 años, madre de un niño de 6 y en sus ratos libres pinta cuadros. Comenzó su carrera hace más de 20 años y es referente en la elaboración de vinos biodinámicos, una modalidad de trabajo agrícola basada en el respeto integral de la naturaleza, con una forma de producción basada en el aprendizaje, observación y aceptación de los equilibrios naturales, sin la utilización de sustancias químicas.
En su búsqueda por encontrar lógicas para no dañar el medio ambiente, Brond se alineó con la doctrina de Rudolf Steiner, un filosofo austriaco-alemán del siglo pasado quien creó la atroposofia, (antropo = hombre, sofía = sabiduría) que da sustento filosófico tanto a la biodinamia como a corrientes de pensamiento que buscan nuevas estructuras para un mundo en peligro de extinción.
La enóloga está al frente de Alpamanta, una bodega mendocina desarrollada por 3 amigos de origen suizo, autríaco y francés con una práctica agrícola centrada en el respeto por el suelo y su biodiversidad. “La virtud de Alpamanta es que fue concebido de manera biodinámico desde el minuto cero. Alpamanta significa ‘amor por la tierra’ en lengua nativa quechua y nuestro nuevo convencional es la agricultura orgánica” dijo Victoria en su visita a La Plata, durante un almuerzo compartido en Casa Bor, la nueva tienda de vinos de Av 54 esquina 4.
De la mano del sommelier platense Martín Vazquez, y acompañada por Victoria Beleniski de Fulana Wines, este lunes Victoria Brond presentó en la ciudad parte de su porfolio de vinos Alpamanta, la linea Natal, Estate, Breva, y el nuevo Respect, el ícono de la marca. Junto a un grupo de sommeliers y vinotequeros disfrutamos de una charla y probamos los vinos, acompañado con sabrosos platos preparados en Casa Bor. Varietales 100% para conocer el terruño; una cata sin tecnicismos; vinos en conexión con lo emocional, con el sentir y los recuerdos.
Alpamanta se ubica en Luján de Cuyo a 950 msnm, en una terroir donde las prácticas agrícolas están centradas en el respeto por el suelo y su biodiversidad, ayudando al ecosistema a mantenerse en equilibrio. Tiene las certificaciones internacionales orgánicas y biodinámicas correspondientes (Argentcert y Demeter).
Brond destacó que “los vinos biodinámicos mantienen la esencia, la energía innata, propia de los ecosistemas en equilibrio”, y explicó: “A grande rasgos, la agricultura biodinámica son 4 ecosistemas en equilibrio: el suelo, el reino vegetal, el reino animal y el factor humano. Los vinos biodinámicos tienen una expresión distinta y el desafío es encontrar la naturalidad. Nosotros no tenemos las herramientas convencionales permitidas, no podemos utilizar ciertos insumos, así que este es el único camino para elaborar vinos”.
Pero además de los cuatro reinos, “la biodinamia abarca otras herramientas como el compost, que se transforma en fertilizantes naturales; la agricultura regenerativa, en vez de quitar especies se las integra, y cada una de esas especies va a cumplir una función en el ecosistema; y algo muy importante el calendario biodinámico que unen los siete ritmos astronómicos, y es fundamental para potenciar las tareas agrícolas y productivas, ya que implica la disponibilidad de energía en el Planeta Tierra”.
Apasionada por este producto y su linaje, Victoria Brod revela su debilidad por una de sus cepas la uva criolla, y rescata el valor: “son variedades originarias que trajeron los inmigrantes, y que se fueron cruzando con otras variedades durante 500 años y dieron origen a nuestra criolla. Es una uva muy nuestra, un producto originario que hay que defender. Si a mi me preguntan cuál es el vino que más te enorgullece, siempre digo el Pet Nat de criollas, pero no porque haya salido premiado sino porque pusimos en valor algo que era residuo, descarte. Y ese es el mensaje de la agricultura biodinámica, que algo vuelva a su ciclo circular”.
Por último, A Brond le reconforta saber que este camino que iniciaron va a dar un mundo mejor: “Con el ingeniero agrónomo de Alpamanta (Ricardo ‘Charly’ García), siempre nos preguntamos ‘¿cuántos años más vamos a estar en agricultura nosotros?’. No nos sirve de nada si hacemos un producto super exitoso, que se vende un montón sino vas a dejar nada para los que vienen. Si vamos a dar un paso en la agricultura , vamos a intentar dejar un lugar mejor del que encontramos”.
