De Nueva York a Canadá: 10 días ‘on the road’

Por Silvina Baldino

¿Por qué Canadá? Por su mezcla de culturas, porque todo funciona bien, porque, aún cuando las posibilidades de explorarlo son infinitas, porque el otoño en Canadá es una de las estaciones del año más amadas. Diez días alcanzan para enamorarse de sus paisajes, sus ciudades, su personalidad y, sobre todo, su gente. Por lo menos, en la región del este.

Enfundada en tonos cálidos que van del amarillo al rojo, pasando por el marrón y verde, Canadá es un espectáculo de la naturaleza, aún en plena ciudad. Además de elegir la fecha que nos pueda llegar a conectar desde lo emocional (el blanco de la nieve en invierno, el verde furioso del verano, los ocres del otoño -como en mi caso-), uno de los aspectos más importantes en el plan de viaje es el itinerario. Debes tener en cuenta la cantidad de días que dispones, así como las distancias entre las etapas que recorrerás.

No está mal comenzar el viaje en Nueva York. Allí llegan todas las lineas aéreas del mundo y podrás alquilar un vehículo que te llevará a ruta. Tras 4 o 5 horas de ruta puedes llegar al primer destino: Boston. Esto no es Canadá pero bien vale visitar la región de Nueva Inglaterra porque en ella hay historia y cultura y se come tremendamente bien. En Boston puedes visitar Harvard, recorrer el Freedom Trail (una ruta guiada de 4 kilómetros que pasa por 16 lugares históricos de la ciudad), y saboar un Clam Chowder o un Lobster Roll en alguno de los merados de la ciudad (Quincy Market o el Boston Public Market)

Dormir bien porque te esperan cerca nueve horas (contando el paso de frontera que es rápido y un par de paradas técnicas) hasta llegar a Québec, una ciudad donde confluyen el Antiguo y el Nuevo Mundo con una identidad francesa muy marcada. La ruta que nos lleva a Canadá es rendirte a la tentación visual del bosque boreal de olmos, robles y los emblemáticos arces. No podrás ni pestañear del asombro.

En Québec está la única ciudad amurallada que existe en el hemisferio norte, la cual gira en torno al espectacular Le Château Frontenac. En la Old Quebec las calles son tan angostas que sólo se las puede recorrer a pie, y vale la pena perderse por el barrio Petit-Champlain para sentirse como inmersos en un cuento.

La próxima parada (ruta al sur) es Montreal. Se necesitan 3 horas de ruta por autovías de dos carriles rodeadas por un paisaje de abetos canadienses y los colores mágicos de temporada otoñal. Montreal es amada por su delicioso casco antiguo, los parques, las vistas panorámicas desde el Mont Royal, la Noria en el Puerto Viejo, los barrios bohemios como Mile End, sus murales y el encanto de mercado Jean Talon.

Un viaje a Canadá no estaría completo sin pasar por su capital, Ottawa. Sólo un par de horas dem anda llegar a esta ciudad desde Montreal. Es imprescindible acercarse a Parliament Hill y regocijarse con la arquitectura (y sus cúpulas) de los edificios gubernamentales, la Basílica de Notre-Dame, y hacerse de un almuerzo en ByWard Market.

Despertarse a la mañana temprano porque te lleva entre 4 o 5 horas para para abandonar el reposo de Ottawa y llegar al destino más estadounidense de Canadá: Toronto. En esta ciudad multicultural uno queda deslubrado por su moderna arquitectura como la CN Tower (que es el segundo edificio más alto del mundo), el Royal Ontario Museum, o el clásico castillo Casa Loma. Para probar el sabor de Toronto, acercate St Lawrence Market y pedir un Peameal Bacon S andwich, un clásico de la ciudad. The Distillery District y el Kensington Market, otros imperdibles de Toronto.

Antes de dejar Canadá, bien vale un stop en Niágara Falls. Ubicadas a sólo hora y media de Toronto, las cataratas del Niágara constituyen una de las cascadas más famosas del mundo, con permiso de Iguazú. Las cataratas del Niágara hay que verlas, está en la bucket list de millones de personas en el mundo. Y sí, impresionan por su caudal de agua. El paseo en barco y la visita a los túneles en la espalda de la caída, donde parece que el mundo va a explotar en un rugido de agua y rocas, son un must.

Tener que conducir durante ocho horas y decir adiós a Canadá no es fácil. Pero recorrer la ruta por los bellos paisajes de los Montes Apalaches, hará mucho más amena nuestra ruta ya que contemplaremos pintorescos valles y laderas plagadas de frondosos bosques. De a poco el paisaje otoñal va cambiando. Ya no observamos tantos tonos rojizos y ocres. La hoja de arce rojiza plasmada en la b andera de Canadá se va diluyendo en el trayecto. El road trip canadiense quedó atrás, pero permanecerá en la memoria y el corazón el haber vivido esta oportunidad única de explorar el país norteamericano.

Datos útiles >>

· Para viajar a Canadá necesitas VISA. Su tramitación es sencilla, pero es mejor hacerla un par de meses antes de viajar. Se realiza personalmente en la agencia VFS Global (Av. Córdoba 1131, 3er piso, en Capital Federal). Tiene vigencia hasta el vencimiento de tu pasaporte.

· Tanto en Canadá como en EEUU, todos los vehículos tienen cambio automático. La palanca de cambios tiene las siguientes posiciones: (parking, para dejar el coche parado), R (reverse, marcha atrás), N (neutral, el punto muerto). D (drive, para conducir).

· Para evitar equivocaciones en las incorporaciones y para toda tu conducción yo te recomiendo el GPS para conducir en Canadá. Una opción es descargarte al celular mapas sin conexión.

· Estacionamiento: Cada ciudad es diferente; pero en todas hay que pagar. Puedes moverte en transporte público o dejar el auto en algún Parking de la ciudad. En Québec, a pie o Uber.

· Dónde alojarse: nada mejor que alquilar hospedaje en airbnb.com donde encontrarás infinidad de opciones y lo fantástico, como siempre digo, es que permite a sus usuarios “viajar como un lugareño”.

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