Por Silvina Baldino
No hace falta irse tan lejos para desconectarse de la rutina. La provincia de Buenos Aires está repleta de pueblitos con atractivos que valen la pena visitar. En esta nota te contamos sobre tres pueblos a menos de 2 horas de la ciudad para conocer:
▸ Capilla del Señor
Sus calles tranquilas merecen ser recorridas a pie. Para comenzar la Plaza San Martin, el epicentro de Capilla del Señor. A sus alrededores, se encuentran muchos de sus restaurantes más concurridos pero, también, algunos de sus edificios más emblemáticos como el Templo Parroquial (del año 1866), el Miralejo (única casona de estilo italianizante del año 1927), el Museo del Periodismo Bonaerense, la Escuela Nº 1 – «Bernardino Rivadavia» (del año 1821), el Palacio Municipal.
Sin dudas , toda esta zona tiene mucho movimiento a todas horas del día. Por las callecitas de alrededor se reúnen los locales y aquí suelen comenzar su recorrida los visitantes que se acercan a conocer esta localidad. Hacia un costado de la Plaza San Martín podemos visitar el Antiguo Lazareto (sitio donde funcionó la asistencia a los enfermos y moribundos del cólera en la pandemia de 1867), “La Fusta”, el boliche más tradicional del pueblo, el más tradicional y las áreas verdes de esta localidad conformadas por el Paseo Arcoiris, el Puente «Brigadier Mitre» y el Camping Municipal.
Al avanzar hacia la estación de trenes, también se pueden observar tiendas centenarias como el Almacén Cafferata de Ramos Generales, la Antigua Farmacia San José, la Tienda «La Mar» y la Antigua Fabrica de Fideos.
Para escaparse a un pueblo satélite: Diego Gaynor. Este paraje se encuentra a 20 minutos de Capilla del Señor, un pueblito que surgió en 1894 alrededor de la estación ferroviaria, hoy sin actividad desde 1977. Lleva el nombre del hacendado irlandés que donó las tierras para la estación.
El pueblito se puede recorrer a pie. Un viejo almacén, la escuela, una pequeña capilla, dos frondosas arboledas con senderos al lado de la estación de tren al que llamaron Paseo Ecológico; y en las afueras el emblemático Puente Ferroviario, una construcción de hierro en la intersección de dos vías de ferrocarril en desuso. Pero el atractivo de Diego Gaynor es un restaurante. La Materina convoca a los visitantes que llegan en auto o en moto a pasar un día de almuerzo en la zona.
Para comer rico: Las Domingas para almuerzos y meriendas (@ladomingacosasricas); las cenas en Los Naranjos (@losnaranjosresto); parrillas con vista al campo en La Carreta del Gato (@lacarretadelgatorestaurante).
Dónde dormir: Entre Arboles @entrearbolesrefugios
La Fusta
▸ Uribelarrea
Si te gusta conocer los procesos de producción de los alimentos visitá Valle de Goñi, un tambo caprino donde se elaboran quesos y dulce de leche con 100% de leche de cabra. Tienen visitas guiadas. @valledegoni
El Retoño es otro de los espacios para la hora del té. Cristina te recibe en esta esquina con encanto de las afueras del casco urbano para disfrutar de pastelería casera y productos elaborados con materia prima local. Los jueves y viernes hay actividades en su huerta. Y para quienes quieran buscar el tesoro escondido en el pueblo pueden pedir info al 11531 69720. @elretoniocasadete
Si querés quedarte a dormir, Moradas Uribe, un pequeño complejo con 4 cabañas totalmente equipadas dentro del casco urbano. @moradas.uribe.
Para comer rico: El Palenque es la visita obligada (@elpalenqueuribe). Otros clásicos: Doña Helena Uribe (@dhelenauribe); Pueblo Escondido (@puebloescondido; La Escondida (@_la_escondida_restaurante_); Café de la Aurora (@cafedelaaurora); Sixto Cantina (@sixtouribelarrea); La Cueva de Ruco (@lacuevaderuco).
Regalos imperdibles: La Vinoteca de Arturo (@lavinotecadearturo); La Pulperia de Uribe (@lapulperiadeuribe).
El Retoño
▸ San Miguel del Monte
A diferencia de otros pueblos, tiene una laguna de agua salada, la casa de Juan Manuel de Rosas y la bellísima Parroquia Colonial de San Miguel Arcángel. La laguna de Monte es el espacio ideal para la pesca de pejerrey, pero también para las actividades náuticas. Podés hacer jet ski, windsurf, kayak o embarcarte en un bote de remo y disfrutar del paisaje desde el agua.
Un buen plan es pasar un día de campo en la Estancia La Bandada, en las afueras de Monte. Con la puesta en valor de las costumbres de la pampa argentina. Podés cabalgar, caminar, conocer la actividad rural y degustar delicias caseras. Incluye almuerzo y la merienda bajo los plátanos centenarios del parque o en la galería de la casona. Se puede pernoctar en el lugar. En IG: @labandadaestancia.
Entre los pueblos satélites se encuentra Abbot, un paraje rodeado de campo y a pesar de tener movimiento fabril conserva el encanto y tranquilidad de un pueblo rural. Esta muy bien conservado y posee edificios antiguos para visitar, como la capilla, estación de tren, almacenes. Allí, La Carpintería de Abbot, un restaurante donde se comen deliciosas pastas.
Comer rico: Alrededor de la laguna hay varios lugares para comer (en Agua y Madera o en El Mangrullo se come muy bien) y no puede faltar el recorrido por el casco histórico. Si está abierto Don Quijote, frená y disfrutá un cafecito. Al anochecer, Cervecería Les Amis en pleno casco histórico y con un patio increíble.
Dormir: Cabañas Las Piedras con cabañas totalmente equipadas (@laspiedrasmonte). Posada Suiza es la opción all inclusive. El establecimiento tiene habitaciones dobles, triples y cuádruples con todas las comodidades. Además, ofrece platos con lo mejor de la cocina regional. @posadasuizamonte.
San Miguel del Monte