La búsqueda de destinos ecológicos para tomarse unas vacaciones es tendencia mundial en los últimos años. Hoy en día es posible, incluso en la Argentina, pasar unos días de vacaciones en un camping sin necesidad de resignar lujo, confort e instalaciones impecables y muy cómodas. La modalidad glamping alcanza ese equilibrio entre camping, glamour y contacto directo con la naturaleza. En la provincia de Chaco, la apertura de un complejo de carpas o ‘glamping’ en Paraje La Armonía representa el punto de partida para la actividad turística en el acceso al Parque Nacional El Impenetrable.
Este emprendimiento forma parte de un proyecto que llevan adelante en forma conjunta el Instituto de Turismo del Chaco y la Fundación Rewilding Argentina. En paralelo ambas entidades avanzaron también con la apertura de la Escuela Taller de Turismo de Naturaleza ‘El Bermejito’, en la que se capacitarán a los residentes de las comunidades locales en la elaboración de artesanías, tanto como en la atención al turista y prestación de servicios de alojamiento y gastronomía típica tradicional.
El campamento está conformado por tres tiendas de campaña, con tres camas cada una, montadas sobre plataformas de madera, que están rodeadas por el monte y el río a escasos metros del acceso al Parque Nacional. El diseño de terraza en altura está inspirado en campamentos similares a los que funcionan parques sudafricanos, que evitan la compactación del suelo, y el contacto de los huéspedes con insectos y otras especies.
Cada carpa es espaciosa, tiene tres camas sommier, escritorio, mesas de luz y amplias ventanas con tela mosquitera. La vista del entorno hace que estar adentro sea como estar afuera, en medio del paisaje. Todos los accesorios fueron hechos por artesanos locales: mantas, bancos de madera, cestos, alfombras y lámparas de palma caranday. El baño completo con ducha de agua caliente y la luz por sistema solar le dan carácter de hotel, pero sin perder conexión con la naturaleza.
El fresco de la noche estrellada alcanza a los visitantes a través de las ventanas de las carpas con mosquitero. La instalación tiene una capacidad máxima de alojamiento para nueve personas a la vez, para respetar una carga mínima que no resulte invasiva para el entorno natural. Una cuarta carpa funciona como desayunador para los pasajeros.
A la hora de recorrer el lugar, se empieza por un puente de madera que cruza el Bermejito y se accede al parque. El nombre de “Impenetrable” responde a varios motivos: la escasez de agua que impedía su exploración, la cerrada vegetación del monte y la presencia de grupos nativos que se resistieron a ser colonizados. El sendero por explorar es una fina línea cobriza que se fuga en un contorno verde.
Nunca hay que olvidar la advertencia: no salir del camino para entrar en el monte, cuya vegetación uniforme hace perder toda referencia; diez metros son suficientes para extraviarse, y volver sobre los propios pasos es prácticamente imposible.
Más info: www.glampingsouth.com