Por Silvina Baldino
El maridaje entre gastronomía y vinos ya no es un privilegio que pueden probar sólo expertos. Espacios con cavas increíbles y platos deliciosos abren sus puertas y nos permiten combinar dos mundos que hacen perfecta una suma: una experiencia de sabores únicos. Así es como hace un par de meses llegó a City Bell Piedras Tintas, un bar de vinos con una pretensiosa barra, un salón ambientado como una bodega con detalles cancheros, paredes de ladrillos, techo con tuberías a la vista, y un jardín encantador.
Los creadores de este wine bar son el chef Roberto Querzoli -fundador de Honoria- y Pablo Migliore, un productor de eventos apasionado del mundo de las vides quien durante años ofició de cliente habitual de Honoria. Juntos hicieron un viaje a las bodegas y fincas de Mendoza, lo que sirvió de inspiración para idear este proyecto gastronómico que dieron en llamar Piedras Tintas.
Que no haya botella, por costosa o exclusiva que sea, que no se pueda probar. Con esa idea Piedras Tintas trajo un wine dispenser, la opción perfecta para los que ya sean fanáticos de la copita con amigos, y para quienes quieran empezar a serlo. En este bar de vinos hay más de 80 etiquetas y un menú gastronómico que está a la altura, en formato de platos tradicionales o en “raciones” para probar un poquito de todo, con platos como trucha o cuadril grillado, y la charcutería con una cuidada selección de quesos, preferida por muchos.
Acá, la dinámica es única, original y divertida: el vino es por copa, lo sirve uno mismo en un dispenser electrónico y se paga – con una tarjeta que se entrega en mesa – por medida. Un trago para los que sólo lo quieran probar (35 ml), media copa para quienes le tengan más fe (75 ml), y copa entera para aquellos que saben con qué están tratando (150 ml). Es un programa sencillo y fácil de utilizar en modo self service y lo más importante es que permite degustar una variedad de vinos de diversas gamas o esas botellas preciadas ya que “podés probar vinos de 250 pesos y de hasta 4 mil pesos”, dice Migliore. El dispenser de vinos de Piedras Tintas cuenta con 8 canillas. Esta noche encontramos 3 etiquetas de vinos blancos a temperatura de 10° C y el resto diferentes cepas de tintos a 15° C.
En este wine bar las etiquetas han sido cuidadosamente seleccionadas por los dueños del lugar. Encontrás vinos de gr andes bodegas como Vicentín, Domiciano, Herencia, Durigutti, Guilles, Ocults, y Ernesto Catena; y también de pequeñas fincas como Pietro Marini, Amanecer Andino, Mugrón de Cafayate, Siete Vacas con Arcas de Tolombón (Tucumán), Domigo Molina, Atamisque, Tosso. También, una selección de vinos que pertenecen a proyectos de enólogos como Fabricio Orlando (ex Pulenta Estate). En Piedras Tintas los vinos también tienen su happy hour.
Al menos una vez por semana, en Piedras Tintas ocurren degustaciones de vino donde el público aprende sobre uvas: elaboraciones, crianzas, guarda, terruños, aromas, estructura, sabor, maridajes, temperaturas de consumo, historia del vino y geografía vitivinícola, entre otras cosas. También se destaca la carta de tragos, muchos de ellos elaborados a base de vinos.
La experiencia
Con iluminación led y tenue en distintos sectores, Piedras Tintas trasmite una imagen sumamente cálida pero a la vez moderna y tecnológica. Nunca faltará un anfitrión que guíe a sus comensales la manera de maridar. Las cenas en Piedras Tintas son una gran experiencia gustativa. En esta carta de invierno se suelen servir sopas como abrebocas. A nosotros nos tocó degustar una salsa de salmón tibio y un hummus de garbanzos, acompañado por unos pequeños panes caseros. Y elegimos adentrarnos en el mundo del maridaje por lo que optamos por las raciones.
Nos servimos media copa de malbec y empezamos por degustar unas impetuosas croquetas de hongos de pino con champignones y una reducción de malbec. Luego, probamos la focaccia dos quesos con higos y rúcula. Después vinieron las empanadas de cordero, polo y carne de ternera que pudimos humedecer con un pesto de tomates y un toque de ziracha.
Más tarde, dos platos muy tentadores de la carta: Cuadril grillado, papas rosti y puré de cebollas con una reducción de repollo colorado; y una ración de Trucha grillada con verduras asadas, salsa de almendras y reducción de teriyaki. para maridar estos platos elegimos un clásico Malbec, y luego un blend que está marcando tendencia entre los enólogos: Malbec + Cabernet Franc. Por último, elegimos un postre que nos dé la sensación de frescura al paladar: un plato de frutas quemadas, helado y almíbar de malbec.
Sin duda Piedras Tintas llegó como una opción muy interesante para salir del mundo de la cerveza. Nada como una copa de vino para cortar la semana y hacer un after diferente (hay happy hour de 19 a 20.30), sin olvidar que también se puede pedir una botella entera. Pero lo fantástico de este lugar es la manera de probar vinos nuevos junto a una cocina con sabores, colores, texturas y aromas que acompaña el maridaje de cada cepa adecuadamente.
Piedras Tintas
Cuándo: miércoles a domingo desde las 19.00
Dónde: 473 bis entre 13B y 13C
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