Por Silvina Baldino
Fría noche de sábado. Un llegar al corazón de Villa Elisa con la inquietud que sentiría cualquiera que va a acceder a un menú “a ciegas”. Pero había algo que garantizaba nuestra salida: el saber que La Alicia era una joya para los amantes de comida casera y la tranquilidad de una cena en un restaurante puertas cerradas. Y es que cada sábado, esta casona abre sus puertas para que los clientes puedan disfrutar de una cocina elaborada con recetas caseras en un clima único.
Gabriel nos da la bienvenida a este mágico lugar. Un gran salón con un estilo muy vintage que sorprende a quienes llegan por primera vez al lugar. Y es que saborear comida casera de antaño en un entorno enmarcado por una colección ecléctica de objetos en un gran espacio de mediados del siglo pasado, la experiencia es por demás estimulante.
Pronto nos dimos cuenta que lo que distingue a este restaurante (a puertas cerradas) es su esencia, una rica historia detrás de cada uno de los sorprendentes objetos que habitan en el espacio. Y es que La Alicia surge como un homenaje a una gran mujer, Alicia Rojas, madre de Alberto quien junto a Gabriel y Laura se encarga de desarrollar este emprendimiento. Cada velada remonta a la cocina de la niñez de Alberto, a la cocina de sus abuelas, tiempos adorados por todos.
En La Alicia no hay carta. Y el “
La velada gastronómica, acompañada por una suave música y alejada del bullicio de lo “tradicional”, nos lleva a un sentido de aventura para algo diferente donde el aprecio de una buena comida y el sentirse realmente como en casa se vuelve memorable. La Alicia -Cenas Privadas-
Dónde: Calle 134 e/ 422 bis y 423 (Villa Elisa)
En las redes: Facebook / Instagram