Experiencia MORO: así es un almuerzo de fin de semana

Por Silvina Baldino

Sabores tradicionales y platos abundantes. Así Santiago Palma desafía al paladar de los platenses en Moro Finca y Fonda, una especie de bodegón moderno ubicado dentro del predio del Club Hípico de City Bell que ha sido creado bajo el concepto de “volver a las fuentes”, en donde el disfrute pasa por compartir con amigos, familia o pareja los sabores más entrañables de los argentinos.

“Cuenta la leyenda que el caudillo federal Facundo Quiroga tuvo un fiel caballo llamado “Moro” que predecía el resultado de las batallas y no permitía que lo monten cuando una derrota divisaba”. Con esta frase en cada uno de los individuales comienza la experiencia gastronómica, en la que se intenta rememorar su espíritu de unión a través de sus gr andes mesas y el disfrute de sabores tradicionales acorde con el entorno, un centro de equitación junto a un oasis verde natural. La ambientación, la vajilla, las luces, la música, la atención y los platos –siempre las estrellas- generan un momento gastronómico muy especial, que deja boquiabierto a todos.

En Moro cada plato está pensado desde su origen, revalorizando la abundancia y lo casero. En la carta invernal diseñada por el chef Santiago Palma encontramos sabores clásicos pero con un toque único.  El menú empieza de manera brillante con un abrebocas: riquísimos porotos en aceite acompañados por una variedad de panes artesanales. Le sigue una degustación de entradas con Tortilla de papa; un plato con Jamón crudo, queso, rúcula y aceitunas negras; Croquetas de hongos y salsa amatriciana; y Provoleta con salsa criolla. Para el maridaje, el restaurante ofrece una amplia carta de vinos y otras bebidas. Nosotros elegimos un malbec joven de Valle del Uco con una fruta bien marcada sobre el final en el paladar: el Malbecaster de Marcelo Pelleriti y Juanchi Baleiron, una combinación perfecta de dos pasiones: la música y el vino.

El siguiente momento es el de optar por un plato principal. Entre las opciones: Ternera braseada con una exquisita polenta cremosa y salsa de cebollas asadas; Pasta casera con salsa elección, que puede ser ragout de cordero o crema de hongos y hierbas. Para quienes tienen ganas de pescado, Merluzón rebozado con una excelente guarnición: zapallo kabutia y gratinado de brócoli. Entre los platos clásicos de Moro, el delicioso Pastel de papa con osobuco braseado para quienes quieren recordar los platos de la abuela.

El siguiente momento es el preferidos de los golosos: el postre. Y entre las opciones dulceras encontramos el Sr. Tiramisú, que es un emblema de Moro por su distinguido sabor; un Flan casero de textura suave y esponjoso cubierto de caramelo y acompañado por dulce de leche. También, un magistral Cremoso de dulce de leche con húmedo de chocolate y garrapiñada de almendra.

Interesantes, abundantes y, sobre todo, muy sabrosos. Los platos de Moro nos hace reencontrar con los sabores de la abuela, aquellos que marcaron nuestra niñez pero en una moderna fonda. Al final de la experiencia, la sensación es de satisfacción y alegría. A Moro no le falta nada para desplegar su amor por la cocina casera y quienes pasamos por el lugar, aplaudimos con entusiasmo.

La experiencia gastronómica en imágenes >> Moro · finca y fonda

Dónde: Calle 12 entre 467 y 470 – Club Hípico y Golf, City Bell
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