Desde que desembarcó en Argentina, la sommellerie se convirtió en un territorio fértil para el desarrollo de las profesionales del mundo del vino. Y las mujeres lograron conquistarlo. En #PintaMag entrevistamos a 3 nuevas referentes femeninas del mundo del vino en La Plata para conocer sus inicios y su desenvolvimiento en un mundo que pareciera ser estrictamente masculino. Las mismas preguntas, respuestas diferentes.
· Vicky Rodríguez
Maria Victoria Rodriguez tiene 34 años. Abogada de profesión y su rutina laboral transcurre en el Poder Judicial. Sus inicios como sommelier fueron en Moro, en el marco de los Jueves DiVinos, y luego a Casa Tomada, donde continúa.
– Tu primer recuerdo con el vino
Tomo vino desde que era muy chica, a pesar de que mis amigas en esa época no lo hacían. Y un viaje con amigas a Mendoza en febrero del 2020 fue lo que me acercó a lo que soy ahora. Volví fascinada, con muchas ganas de estudiar y de hacer algo; ahí en plena pandemia me anoté con una amiga en un curso que dictaba el sommelier Julian Páez (de Santa Fe) en formato online. Cuando me llamaron para trabajar a Moro me anoté en la carrera de sommelierie de EAS.
– ¿Por qué elegiste ser sommelier?
A mí me pasó al revés de todo el mundo. Empecé a trabajar como sommelier cuando sólo tenía hecho el curso. Y ahí fue cuando tuve ganas de tener el título. Porque además me apasiona comunicar el vino, trasnmitirle a esa persona que está disfrutando de un buen momento con el vino lo que el enólogo pensó para esa botella.
– ¿Cómo desarrollaste las aptitudes necesarias para percibir los vinos?
La clave es estudiar, tener una base teórica y practicar… tomar mucho y si hay cata a ciegas mucho mejor.
– Un desafío como sommelier
El que sucede en pleno servicio; cuando la gente no conoce la carta de vinos pero te expresa sus gustos o determinada etiqueta entonces uno intenta ir guiando al cliente dentro de lo que hay en la carta, encontrar el vino que se asimila o que sea lo más cercano a lo que el cliente quiere tomar. Ese es mi mayor desafío hoy en día, el de encontrar el vino que el cliente quiera tomar en ese momento. Y la mayor satisfacción es cuando te dicen que les gustó el vino sugerido.
– Un vino
Me gusta mucho Vinyes Ocults Gran Malbec.
En Instagram: @conunacopadevino
· Agustina Filipo
Tiene 28 años, es citybellense de toda la vida. Estudió Comunicación Social y trabaja de bancaria. En sus ratos libres, sommelier. “Arranqué en el 2022, recién recibida, haciendo degustaciones con cenas por pasos y poco a poco fui conociendo diferentes formas de serlo: ferias de vino, cenas privadas, degus grandes y chicas y hasta ¡en la playa!. Trabajo de forma independiente pero me gusta siempre estar de las bodegas y los vinos que me representan un poco a mí”.
– ¿Por qué elegiste ser sommelier?
Ser sommelier fue una decisión casi sin querer que tome en medio de la pandemia, buscando algo que me llenara de emoción en un momento bastante difícil en mi ámbito laboral. Ya me gustaba el vino y había hecho algunos cursos de degustación y visitas así que fue muy sencillo cuando caí de casualidad en la página del CEBA y dije “esto es para mí”. Aparte yo soy licenciada en Comunicación Social y si hay algo que me gusta a mí es comunicar cosas que me apasionan.
– ¿Cómo desarrollaste las aptitudes necesarias para percibir los vinos?
La práctica es la única clave que se necesita para encontrar notas en cada vino. Oler, oler y oler. Y probar. Oler todas las frutas y verduras que nos rodean, árboles y flores, maderas, espacios. Es raro pero me encontraba cocinando en casa oliendo cada especia, cada cosa que usaba en mi cocina. Y lo más importante: alguien que te lleve a tierra eso que sentís pero no sabes definir. Como sommeliers tenemos las palabras adecuadas pero muchas veces el público no las tiene y llevar a tierra esos conceptos son los que a mí me ayudaron a entenderlos y ponerlos en práctica.
– Un desafío como sommelier
Mi desafío personal es llevar el vino a todas partes de una manera sencilla, divertida y accesible para todos. Incluir al mayor público posible para que todos puedan conocer y disfrutar de esto que yo tanto amo y me apasiona. Y además: romper todas las ideas del mundo vino-hombres! El vino no tiene género y acá venimos por suerte en una época que nos acompaña a romper muchas ideas y traer un montón más.
– Un vino
Es difícil pero voy a elegir uno que todos deberíamos probar para conocer realmente la tierra argentina: Tukma 2670 torrontes. Unas notas de cata increíbles, una uva que nos representa y que en la altura se da de forma espectaculares.
En Instagram: @agustinaloveswine
· Cristina Antoni
Tiene 40 años. Trabaja en la Legislatura Provincial y de noche se conecta con su pasión: los vinos. Desde hace un año Cristina Antoni es sommelier de Casa Tomada. “Soy old school en el mundo del vino por eso intento ponerme al día con artículos relacionados o chusmear perfiles de sommeliers, enólogos y por sobre todo bodegas. Me encanta hacer tours por vinotecas y preguntar”, cuenta y revela: “Nunca me había dedicado a la sommelllerie hasta que llegó Casa Tomada ya hace un añito aproximadamente. Y acá estamos, hablando de esta pasión”.
– ¿Cuál es tu primer recuerdo con el vino?
Mis primeros recuerdos arrancan en Durango, restaurante en el que trabajé muchos años y que prácticamente fue mi escuela gastronómica. Tenía 21 años y era camarera, había una cava con muchísima variedad de vinos y también un dispenser donde se vendían vinos por copa. Para ese entonces era una novedad en La Plata y eso me encantaba. Ordenando la cava y haciendo el stock fui conociendo etiquetas; empecé a leer de añadas, varietales, bodegas y amaba recomendar vinos que “no salían”. Obviamente no había la cantidad de etiquetas que encontramos en este momento, pero estaba bueno eso de poder hablar con el comensal y que nos pida lo que aconsejábamos, también lo hacíamos con los platos. ¡Qué lindas épocas!.
– ¿Por qué elegiste ser sommelier?
Elegí el camino de la sommellerie por Ana Paula Arias, gran sommelier y experta en whiskies, ella cursaba en la EAS y hablaba con tanta pasión que me contagió y allá por el 2011 arranqué la carrera. Costaba mucho hacerla, viajaba 3 veces por semana a CABA y volvía a trabajar a Durango, pero ¡qué feliz me hacía!. Así que inicié otra pasión que es el servicio del vino.
La verdad es que soy una persona bastante tímida y el comunicar el vino me ayuda a dejar de lado esa timidez y encontrarme hablando sin incomodidad y transmitir lo que significa para mí una botella de vino. Descorcharlo con tiempo y servirlo sin apuros, para que se aprecie ese ritual tan lindo que es el servicio.
– ¿Cómo desarrollaste las aptitudes necesarias para percibir los vinos?
Si hay algo en lo que me destaco es que olfateo casi todo lo que encuentro, sé que suena loco pero lo hago. Antes de comer algo lo llevo a la nariz, antes de beber también. Eso es fundamental para poder percibir vinos. Me acuerdo de un gran profesor que tuvimos en la EAS, se llama Bernardo Conti, perfumista, hermoso ser que me hizo emocionar en una clase que no olvido más. Nos llevó miles de frasquitos y aromas, nos hizo jugar con los recuerdos y entendí por qué era tan importante encontrar esos matices, que el enólogo quería transmitir.
Porque es tan importante el terroir, el porqué del maridaje, las temperaturas, etc. Siempre hablo de leer etiquetas, de ver qué nos quieren comunicar. Por eso entiendo que un gran bebedor de vinos es el que encuentra el momento adecuado para que esa botella le transmita lo que luego pueda comunicar. Eso siempre a través de todos nuestros sentidos, que son los que nos dan vida y le dan vida al VINO.
– Un desafío como sommelier
Que se siga hablando del sommelier, que la experiencia no sea sólo la comida sino que el vino siga ganando protagonismo. A nivel personal, lograr cumplir un sueño por el que estoy trabajando mucho y poder seguir comunicando esta pasión.
– Un vino
Uffffff, muchos, pero hace poco viajé al norte y tomé un Domingo Molina Petit Verdot 2016 que me voló la cabeza. Creo que Domingo Molina, está ocupando un lugar muy lindo en mi corazón. En Casa Tomada tenemos un Tannat 2015 que es.. ¡la gloria!.
En Instagram: @cristinantonisomme
Fotos: gentileza de las protagonistas