Por Silvina Baldino
En la zona menos explorada de Gonnet se encuentra Carlota Patisserie, un lugar que inyecta nuevas energías a un barrio súper tranquilo. Con una estética moderna, una fachada con paredes color cemento y rojo bermellón, un cerco de cañas, muchas plantas y detalles que hablan de cafetería, Carlota ganó un lugar en nuestro corazón.
Pero esta esquina no es sólo una casa de té. Así lo explica de antemano Lucía Discoli, la creadora de este espacio: “el lugar es una casa cultural con cafetería” quien detalla: “yo me encargo de la gastronomía, y mi mamá (Virginia) de la propuesta cultural”. Desde hace poco más de un año, Lucía y su mamá llevan adelante este dulce emprendimiento. Y es en el salón de té donde queda plasmada esta impronta: una mesa central con diversos libros que pueden hojearse mientras se disfruta de un café, un piano clásico donde en ocasiones Gatica despliega todo su potencial en los teclados, una colección privada de orquídeas que cultiva una vecina (Burgundi Orquídeas), objetos de cerámica, blends de té y unas paredes llenas de color con las obras de una artista plástica de la zona. “La idea es que Carlota sea un híbrido entre una patisserie y un lugar en que puedas estar tranquilo: venir a leer, escuchar de fondo una música, disfrutar de una charla, comer rico”.
El amor por su abuela es lo que inspiró a Lucía en el nombre: Carlota. Madre e hija transformaron una porción del parque de su casa familiar en un espacio para ofrecer una experiencia con todos los sentidos. El viaje de Lucía por la pastelería se inició hace 10 años cuando estudiaba medicina. “Siempre fue un hobby, y a pocos meses de recibirme me dí cuenta que la pastelería era mi vocación, y no la medicina”. Pero la vida la llevó por el camino inverso. Con el título en mano, la joven comenzó a trabajar como médica para costear sus estudios de cocina en una de las instituciones más reconocidas de Argentina: el IAG. Su objetivo fue darle un marco formal a lo que tanto le apasionaba. Al concluir sus estudios de pastelera, dejó la medicina para dedicarse de lleno a este emprendimiento gastronómico que tanta satisfacciones le está dando.
Atendido por sus dueñas siempre sonrientes, todo en Carlota transmite buena energía. Al entrar, una gran barra te permite visualizar las delicias que se ofrecen ese día. Detrás, una hermosa visual de la cocina. Para la experiencia gastronómica se puede elegir entre el gran salón y el jardín del lugar. En el interior la decoración fresca, repleta de luz, plantas de orquídeas en cada una de las mesas y muebles vintage crean un pintoresco ambiente perfecto para una charla distendida. Afuera, ideal para las tardes templadas, se vive una desconexión con la ciudad, con un entorno de vegetación y el sonido de la naturaleza.
En Carlota las meriendas son las protagonistas. Todas las mañanas, Lucía se apodera de la cocina para preparar las delicias que estarán disponibles en la carta a la tarde. “Soy súper obsesiva con la calidad”, nos dice. Para acompañar, una selección de blends de té con una importante variedad para complacer el paladar de todos. También, café en diferentes versiones (Expresso, Americano, Capuccino, Lágrima, Café con leche), Submarino, Chocolatada, aguas saborizadas caseras, jugo de naranjas recién exprimidas, y licuados.
Experta en su arte, Carlota ofrece una selección de piezas de patisserie: Budín hamburgués, Budín de limón y semillas de amapola, Cupcake de chocolate relleno de dulce de leche, Brownie con nuez, Alfajor de maicena; Alfajor de masa sableé relleno de ganache de chocolate, cookies, Macarons, entre otras preparaciones. La carta también ofrece porciones de shortbread y flapjacks. Para quienes buscan salado, están los clásicos s andwiches.
Pero en este lugar son las tortas las protagonistas. En la carta de Carlota encontramos una veintena de variedades (Rogel, Lemon pie, Cheese Cake, Marquise, Crumble de Manzana, Tarta de Maracuyá y frutos rojos, etc), pero no siempre están disponibles porque van rotando todos los días. “La idea es que vengas acá y puedas probar algo distinto. Hay muchas tortas que encontrás acá que no las vas a probar en ningún otro lado, y no es porque sea super complejas sino que en general los lugares apuntan a tener 5 o 7 tortas y tenerlas siempre”, explica Lucía. Este concepto le permite a la pastelera abrir juego a sus propias creaciones, como la elaboración de un Pecan Pie. “Muchos son los que vuelven porque quiere seguir probando cosas, entonces estamos todo el tiempo desarrollando sabores para complementar la carta”, agrega.
El lugar abre habitualmente en horario merienda (lunes a sábados de 16 a 20 horas), pero eventualmente madre e hija organizan cenas con un menú fijo y algún acústico en vivo. “Ahí cocinamos las dos; yo me encargo de la entrada y del postre, y mamá se encarga del plato principal”, dice Lucía. También se organizan jornadas con talleres relacionados con el arte, momentos de cuenta cuentos, y diferentes encuentros culturales. Hay servicio take away para cualquiera de las elaboraciones, y Lucía sigue elaborando piezas de pastelería por encargue para eventos especiales.
En fin. La encantadora Carlota, no se trata de una simple casa de té. El despliegue escénico que generan los libros, las obras de arte en las paredes y los objetos de diseño expuestos, alimenta los cultural. Aquí uno realmente se siente bien servido y atendido, con la calidez de un negocio familiar.
Carlota Patisserie
Dónde: 493 esq. 29, Gonnet (La Plata)
Cuándo: de lunes a sábados de 16.00 a 20.00