Agustín Dapoto: el panadero que revolucionó La Plata con su propuesta de alimentación consciente

Tara Verde es una panadería con identidad propia. Desde la apertura de su primer local en calle 9 y 40, su creador ha recorrido un camino de compromiso logrando se consolidarse como un referente para quienes buscan sabores auténticos y una elección consciente.

Agustín Dapoto tiene 34 años y un hijo de 3. De chico soñaba con tener un restaurante y estudió cocina. Lo cautivó la pastelería y se especializó en panadería casi de manera autodidacta y hace una década puso en la escena platense las piezas de panadería y pastelería vegana. Su proyecto apuntaba a ofrecer una explosión de sabor sin trigo ni lácteos y de sabores realmente ricos.

“Mi idea siempre fue que mis productos le gusten a todo el mundo. Que sean naturales, elaborados en lo posible con materia prima orgánica y en la búsqueda constante del equilibrio: que la gente que entra al espacio vea algo lindo y que realmente sea rico”,comienza el panadero y agrega: “Porque al desarrollar un producto parto de una premisa: quiero que la gente coma sano y rico“.

Con su propuesta de panadería gluten free y vegana, Agustín Dapoto hay marcado un camino . “Tara Verde es la primera panadería 100% libre de tacc y a base de plantas del país. Comencé hace 10 años, cuando mucho no se hablaba de esta filosofía”, dice. Pero el contacto con la la gastronomía comenzó desde mucho antes. “A los 14 me puse a hacer tortas y vendía a conocidos. Pero siempre tuve curiosidad por otro tipo de recetas. Hace 10 años hice un curso de alimentación y me cambió el chip: conecté con lo energético de los elementos y empecé a evitar el trigo en mi alimentación;  y tamnién me hice vegano”, cuenta y aclara: “fueron 4 o 5 años, ahora como de todo aunque priorizo la alimentación consciente”.

Alinearse a la filosofía del comer consciente fue el puntapie para definir su  destino profesional. Comenzó con la instalación de un puesto en las ferias artesanales y de emprendedores. “Yo vivía en un monoambiente y lo que cocinaba (panes, budines, galletitas, alfajores) lo vendía en las ferias de Meridiano V y de Parque Saavedra”, recuerda. “Caricias al Paladar” se llamaba mi emprendimiento y luego se transformó en “Caricias veganas”.

Pero fue con “Tara Verde” que Agustín dio el gran salto y abrió el rubro a otros nuevos consumidores en la búsqueda por una nueva manera de consumir pan, más liviana y consciente e inclusiva, llegar a quienes padecen restricciones alimentarias. “Tara nació en pandemia. Yo en ese momento me dedicaba a hacer viandas (“Amar Cocina”) y un día pasé por calle 9 y 41 y ví que el local se alquilaba. Se me ocurrió que podía ser un buen lugar para producir”, relata. “Fue así que mudé la mesa y la heladera de mi casa, y con un horno chico que me habían prestado comencé a producir ahí”.

Tara Verde, palabra que hace referencia a una idea budista, nació en plena pandemia. Mientras el mundo se frenaba, Agustín apostó por crear un proyecto real, con alma, capaz de ofrecer productos honestos y sabrosos. “Empece con una pana casi vacía, y de a poco Tara se fue ganando el público, especialmente del barrio. Ya tenía mis clientes porque cocinaba en casa, pero la comunidad se fue ampliando de manera muy orgánica”.

“Estuvo bueno que sea tranquila la apertura, porque yo estaba solo. Me ayudó a organizarme y a hacer todo prolijo. Armar un equipo de cocina y de proveedores nuevos”, explica Agustín. Ese espíritu se percibe en cada detalle: desde la elección de ingredientes hasta la atención cercana y personalizada que recibe cada uno que pasa por un local de Tara,

“Yo pienso en todo el proceso, en cómo llega el producto al mostrador en su máxima expresión y también cuando se lo lleva el consumidor qué va a pasar; no hacer un budín y que cuando llegues a tu casa se desarme”, ejemplifica y agrega: “Es una búsqueda constante y el desafío está en hacer cantidad y que el producto salga bien todos los días, sostener eso. Sí me gusta que sean integrales y orgánicos pero busco un equilibrio, a esto me refiero que utilizo azucares y materia grasa, pero trato de que sea rico y saludable”, dice y enfatiza: “la clave está en encontrar el equilibrio entre sabor, textura y calidad, a un precio accesible”.

Agustín Dapoto en la nueva sucursal de City Bell.

El punto de partida como panadero fue buscar panes alternativos desde las harinas y la composición en general, no tanto desde las formas. Tara Verde ofrece pan de masa madre de arroz en distintas variedades, incluso focaccia. “Me fui formando con libros y distintos cursos; y aprendo a prueba y error con mis recetas. Son muchos años de una búsqueda constante para hacer las cosas bien para, además de satisfacer a la comunidad celíaca y vegana, llegar a todo el público por contagio. Por eso estoy pendiente de que los productos sean frescos y que si algo sale mal, lo sacamos de circulación porque lo que la gente no sabe es que al trabajar con almidones sin contar con leche, huevos, ni trigo se trabaja en la delgada linea de que algo te pueda salir increíble o muy mal. Por ese motivo mi obsesión es dar con buena materia prima, y trabajar mucho con balanzas, con recetas, con tiempos y tener muy buena maquinaria para cuidar de cada proceso”, agrega.

La expansión de Tara Verde

Hoy Tara Verde tiene 3 locales y en breve estrena un cuarto (en Gorina) y mantiene el estándar que convirtió a la marca en un nombre propio dentro del universo local. Produce en el local de Diagonal 77 y de ahí distribuye a otras sedes (plaza Malvinas y ahora City Bell). Amor y profesionalismo definen una filosofía que se vive en cada detalle: productos sin TACC , sin maltrato animal y elaborados con conciencia. Y va por más: paso a paso, siguen expandiendo una propuesta que combina sabor, calidad y compromiso.

La entrevista con Agustín Dapoto se desarrolló en el nuevo local de City Bell, frente a Plaza Belgrano y en el medio, un entrar y salir de clientes. En Tara Verde City Bell encontramos un mostrador repleto de productos panaderiles y donde también se sirve café de especialidad Darrona. Hay unas mesitas para disfrutar de un almuerzo o merienda saludable y un sector de libros.

“Me gusta mucho la energía de City Bell. Me mude hace unos meses acá, tengo a mis hermanos viviendo y ademas hay un público que ya consume en Tara Verde de La Plata, y eso es genial”, apunta.  En Tara los panes y los budines es lo más solicitado. “El pan de Sarraceno y el Brioche son las estrellas de los panes; y en cuanto a los budines se destaca el hamburgues, y los frutados como el de banana”, indica.

También hay una variedad de piezas de pastelería, con el brownie como un indispensable del mostrador . Agustín sugiere probar el Cheesecake, con una masa crocante en la base y que es elaborado con tofu y lleva una mermelada casera. “Lo bueno de cocinar todos los días es que hay variedad y que podemos ir mechando”, agrega. También hay opciones saladas como chipá, tartas, pizzas, empanadas y otras preparaciones de vianda.

Agustín sueña con ver crecer aún más su emprendimiento. Ya está trabajando en la apertura de su cuarto local, en Gorina. Confiesa también que le gustaría abrir una panadería en el sur, “Bariloche es un lugar que me encanta”.  Pero su mayor anhelo es tener una fábrica con un concepto extendido, donde además de tener espacio para producir y distribuir, contar con un lugar para “profundizar y tener conocimiento científico del producto”.

“Imagino un lugar luminoso, que también tenga un espacio para hacer yoga, meditación y que sea un lugar de investigación, porque la mayoría de mis productos los hago por intuición, por lo que me gustaría y siento que es algo necesario tener una persona dedicada a la elaboración de fórmulas para crear nuevos productos o perfeccionar los que ya tenemos. Porque Tara no es una moda, es una elección que sostenemos todos los días: a base de plantas, sin gluten, hecho en casa y con amor”, concluye.

Tara Verde

Dónde: Diag 77 e/ 8 y 9
Av 19 y 55
Plaza Belgrano y 14b, City Bell

En IG: @_taraverde

 

 

 

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