Por Ruth Lescano, Líder de Expertos de Almundo
Nuestro país es conocido mundialmente por sus atractivos naturales. La Puna, la Cordillera de los Andes, la Patagonia y la llanura pampeana son sitios cuya belleza los hace lugares únicos en el mundo. Pero más allá de los paisajes, la historia y la cultura, estos sitios ofrecen opciones gastronómicas increíbles, con alternativas para deleitar a los paladares de todos los viajeros.
En sus más de 2,78 millones km², Argentina alberga una enorme variedad de escenarios. En cada uno de ellos, las comidas y las bebidas típicas juegan un papel fundamental en el desarrollo de la identidad y las costumbres de cada sitio, que se abren para brindar a los viajeros experiencias inolvidables. En pleno auge de las rutas gastronómicas, ¿cuáles son las más destacadas del país?
Este viaje comienza en el Noroeste argentino, la primera parada es la Ruta de la Empanada. En más de 50 comercios gastronómicos, repartidos entre San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Famaillá, los viajeros pueden visitar los locales en los que aún se conservan todos los secretos de la verdadera empanada tucumana. Además de degustar las diferentes variedades, los visitantes podrán conocer en primera persona cómo se realiza este típico plato argentino.
Continuando unos 230 kilómetros hacia el Norte, por la Ruta Provincial 307, se llega a Cafayate, en los Valles Calchaquíes. Aquí es donde se inicia la Ruta del Vino en Salta; lugar que dio origen al Torrontés, una variedad de vino blanco fresco y aromático. En esta zona, un centenar de bodegas y viñedos ponen a disposición de los viajeros distintas actividades, como las visitas guiadas, las degustaciones, clases, hasta hotelería y spa.
Pero la cuna del vino argentino está en Mendoza. Para llegar desde Cafayate hasta allí, es necesario conducir poco más de mil kilómetros por la Ruta Nacional 40 y luego por la Ruta Nacional 141. “La Ruta del Vino” como se la conoce popularmente, es una de las más famosas del país. Las opciones incluyen la visita a las bodegas, la degustación y cata de vinos típicos -como el Malbec, el Cabernet Sauvignon, Bonarda, Syrah y Merlot- acompañado de platos gourmet para placer de los viajeros.
No obstante, Mendoza no es únicamente la bebida del dios Baco, sino que también desde hace algunos años lleva adelante los Caminos del Olivo. De esta manera, se pueden visitar olivares y fábricas, degustar exquisitos platos y conocer las virtudes de este noble alimento.
Más al Sur, en la Patagonia argentina, si bien cada localidad tiene su propia oferta gastronómica, lo cierto es que está en franco crecimiento la Ruta de los Sabores Andinos Patagónicos. Este camino une las regiones de Neuquén, Río Negro y Chubut más próximas a la Cordillera de los Andes. Al momento, alrededor de 30 establecimientos productores brindan a los viajeros las mejores frutas, carnes ahumadas, chocolates, cervezas artesanales, licores y hasta carnes poco habituales, como la de guanaco, el choique o el jabalí.
De regreso a Buenos Aires, la provincia argentina más gr ande en superficie y cantidad de habitantes, la ciudad de Suipacha es cobijo de la Ruta del Queso. Allí, además de degustar una enorme variedad de este alimento, es posible visitar plantas elaboradoras de embutidos, criaderos de jabalíes, enormes campos y plantaciones de arándanos.
Argentina ostenta cerca de 500.000 kilómetros de rutas, que conectan al país, su cultura, su música, sus costumbres, su comida y su gente. ¿Cuál será la próxima que tome usted, lector viajero?