Hablar del carnaval de Montevideo es hablar de murgas y candombe, una original combinación que lo convierte en algo único y que atrae como un imán a turistas de todo el planeta.
Y es que Uruguay puede presumir de tener el carnaval más largo del mundo. Durante 40 días –desde mediados del mes de enero y hasta primeros de marzo-, la capital uruguaya se viste de fiesta para vivir con intensidad un espectáculo que saca a la calle a decenas de miles de personas dispuestas a divertirse, cantar, bailar y reír entre desfiles y concursos, con el sonido de los tambores de fondo.
El carnaval de Montevideo se estrenó el 19 de enero último con el Desfile Inaugural, un cortejo multitudinario que recorre, como m anda la tradición, la Avenida 18 de Julio, la principal vía de la ciudad, entre murgas, comparsas de negros y lubolos -blancos caracterizados como negros-, parodistas -que representan una obra literaria clásica en clave de humor-, humoristas, y las revistas, con espectáculos de danza, todo ello perfectamente organizado.
Pero el momento culminante del carnaval tiene lugar con Las Llamadas, que este año será los días 8 y 9 de febrero y en el que todos participan: personajes famosos, políticos y artistas (como lo hacía el gran Carlos Paez Vilaró) que, por una noche o dos, dejan sus oficios para vestirse de colores, pintarse la cara y transformarse en tamborileros.
Las comparsas recorren las calles de los distritos de Palermo y Barrio Sur durante estas noches. La rivalidad entre los barrios se palpa cuando oleadas de bailarines se contonean al son de los electrizantes ritmos de los tambores de tres tonos distintos, tradicionales del candombe afro-uruguayo.
Más de 2.500 tambores sonando al unísono -dialogan tres tipos de tambores: chico, repique y piano- y 6.000 personas desfilando conforman este singular espectáculo, que bebe de una tradición única, el Candombe, reconocido en 2009 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y originario de Montevideo. Dónde dormir >>
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No hay que dejar de visitar el Mercado del Puerto, construido en el año 1865 cuando un comerciante español se estableció en Montevideo con el fin de abastecer a los barcos que llegaban. Hoy, dentro de la estructura del mercado funcionan restaurantes y bares que sirven, en su mayoría, la especialidad del lugar: las carnes a la parrilla.
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Para fortalecer el espíritu del Uruguay, vale la pena una visita al Museo del Carnaval. Esta institución que conserva, exhibe, difunde y pone en valor los objetos y tradiciones que forman parte de la máxima fiesta popular uruguaya. Durante las noches de Carnaval, aquí se desarrollan los famosos tablados, un espectáculo que permite estrechar el vínculo de los viajeros y los vecinos de la zona. El Tablado del Museo cuenta con plaza de comidas, estacionamiento vigilado y la particularidad de tener un “Escenario B” montado bajo techo, que permite realizar espectáculos incluso en días de lluvia.