Por Silvina Baldino
Chascomús es un pueblo especial, tiene un pasado que ha dejado huella en los argentinos. Y La Botica está en sintonía con esa singularidad. Este hotel tiene las paredes cargadas de historia, lo que permite un viaje en el tiempo. El lugar fue el primer boticario de la provincia de Buenos Aires, inaugurado en 1852. La botica de Don Fernando de Arenaza funcionó hasta 1910. Luego, en ese lugar hubo una fonda, una mueblería, un café cultural, y en los últimos tiempos una cervecería. Y la actual transformación vino de la mano de una pareja, apasionada por la hospitalidad.
Matías Andía y Lucrecia Barnetch tenían un hotel la ciudad. Cuando llegó la pandemia lo vendieron y se fueron a vivir a Málaga. Migrar no fue como esperaban y al tiempo regresaron para desarrollar un nuevo proyecto hotelero: La Botica. Y fue así que a fines de 2022, esta vieja construcción volvió a tener vida.
Una puesta en valor de la casona que va desde la fachada y numerosos detalles en cada espacio, el living, la recepción, la sala de lectura, el patio. Todo con una delicada combinación de lo antiguo y los toques modernos que nos exige la vida actual. La pareja, que puso a sus hombros la refacción del lugar, quiso conservar tesoros como los techos abovedados, algunos pisos, el aljibe, la escalera de caracol, y otros objetos como el lavatorio de los baños que fueron rescatados y reutilizados.
Mati y Lu son los anfitriones de La Botica.
Alojarse en La Botica es sentirse como en casa. El lugar tiene la calidez de ser atendida por sus propios dueños, que están siempre atentos a los detalles. “Hace poquito nos mudamos enfrente, así estamos en contacto directo con el hotel”, dicen. Cada rincón tiene una calidez única. Habitaciones con baño privado luminosas, calefaccionadas, y con todo lo necesario para que no falte nada.
Los cinco cuartos (3 dobles y 2 triples) son luminosos y tienen vista a los patios. El más amplio es el estudio del primer piso que cuenta con sala de estar propia. En breve van a inaugurar dos habitaciones más.
Todas las mañanas los huéspedes reciben un rico desayuno preparado por los anfitriones. En la habitación, el patio o la sala principal. Los huéspedes interactúan, se conocen, y disfrutan lindos momentos en espacios compartidos. “Nos encanta que se sientan como en su casa”, dicen. Los huéspedes se mueven como en un hostel. Hay una cocina donde se se puede calentar agua para tomar mate, preparar un café, y usar la heladera.
También hay algunos productos a la venta, como dulces caseros de emprendedores locales. Además, acaban de lanzar una linea de vinos; se llaman Boticariò y fueron desarrollados por el enólogo Manuel Mas en Mendoza. También tienen su propio aceite de oliva. “La idea es que el huésped pueda llevarse un pedacito de La Botica y recordar en una copa los momentos vividos”, revelaron sus dueños.
La Botica
Estadía: desde $80.000 la noche. Las reservas las podés hacer directamente con los dueños por Whatsapp.
Dónde: Cramer 223, Chascomús
En Instagram: @laboticade1852hotel .