Caro Piqueras: la viajera argentina que da clases a niños en Tailandia

María Carolina Piqueras (28) es publicista, nacida en Adrogué (Pcia de Buenos Aires) y hace 5 años y medio que vive viajando. “Me fui de Argentina a los 22 años. El primer destino fue Barcelona, donde viví 2 años”. Luego se mudó a Oceanía, donde vivió en Australia y Nueva Zelanda. Y desde hace casi 20 meses está en Tailandia. Después de pasar por voluntariados y de trabajar como Air Pair (niñera con cama), encontró su vocación en la docencia. Caro es maestra de inglés en una escuela tailandesa. A través de su cuenta de Instagram, la viajera refleja el día a día de su vida en Asia. Además, creó el sitio web El Nidal, un espacio de contención para la comunidad viajera donde se comparten experiencias. En diálogo con #PintaMag, Caro nos habla de su proyecto viajero.


– ¿Cómo nació tu pasión por viajar?

Creo que fue algo que se fue dando muy naturalmente en mi vida. Desde que tengo uso de razón que viajo con mi familia. De chica viajaba mucho por Argentina, volviendo siempre a esos lugares que nos gustaban y nos hacían bien (como Córdoba y Pinamar). A medida que los años fueron pasando, y yo fui creciendo, empecé a interesarme más por viajar a lugares mas desconocidos o donde había la posibilidad de conocer gente nueva. En mis 22 años viviendo en Argentina, me pasé 12 yendo todos los años a la misma estancia en San Clemente, Córdoba. Un año antes de irme de Argentina, acepté trabajar en esa estancia por dos razones: la primera, porque me sentía como en casa (fui desde los 10 años, así que conocía a todos); y la segunda, la posibilidad de conocer gente nueva todas las semanas; eso es lo que más me gustaba.

Si bien no era yo la que estaba viajando, me sentía que lo hacía al conocer la historia de las familias y huéspedes del hotel. Además, ahí tuve contacto por primera vez con gente de Australia, Inglaterra, Francia (y un par de países más), que se iban a hospedar. Creo que ese verano en Argentina, me di cuenta que quería más de ese intercambio cultural, de aprender otros idiomas y empaparme de otras culturas.

– Sos una viajera solitaria ¿qué dificultades encontrás y qué tiene de enriquecedor hacerlo?

Me fui de Argentina sin pensar mucho en esto de “viajar sola”. Considero que hice mi primer viaje sola (fuera del país), cuando fui rumbo a Australia. Le encuentro tantas cosas positivas..! Principalmente el conocerse a uno mismo. Parece una frase hecha, pero decir “después de viajar sola me conocí mas a mi misma” ¡es muy real!. Cuando viajas sola dependes 100% de vos y de tus capacidades y habilidades. Aprendí cosas de mí que no sabía, me dí cuenta que soy mucho más capaz de lo que pensaba.

El hecho de hacerme valer por mis propios medios es muy enriquecedor. No sólo por cuestiones de dinero, sino de hablar un idioma que me permita moverme sin depender de nadie, ser capaz de alquilar un auto sola y viajar a algún lado, etc… es algo que no sé como describirlo. Viajar sola me abrió la mente de mil maneras, me enseñó a ser más fuerte, más valiente, a darme mas crédito, y tantas cosas más.

Obvio que no todo perfecto. Hay momentos en los que te podés llegar a sentir solo si no estás en un lugar con muchos turistas, o no encontrás a alguien “como vos”, pero creo que es los menos.

Lo que me encanta de viajar sola es que (la mayoría de la veces), estoy sola si así lo quiero. Es tan fácil conocer gente! y me encanta! Tengo un montón de conocidos y amigos viajeros por el mundo que sé que puedo ir a visitar cuando quiera y me van a recibir con los brazos abiertos, y los conocí viajando sola. Quizá, si estaba en pareja, o con amigos, no me daba la chance de abrirme a esas otras personas.

– ¿Cuándo te fuiste de Argentina sin boleto de regreso y cuál fue el plan?

Me fui de Argentina el 22 de Diciembre de 2014, con un boleto solo de ida por varias razones: la primera, cuento con pasaporte alemán, por lo tanto no necesitaba tener pasaje de vuelta ya que puedo permanecer en la UE el tiempo que quiera. La segunda, porque iba a quedarme en la casa de unos familiares, y ”probar suerte”. Creo que en ningún momento (en ese entonces), se cruzó por mi cabeza terminar donde estoy hoy.

El plan era conseguir un trabajo en publicidad (me había recibido unos meses antes de irme), y vivir en Barcelona por un tiempo. No tenía claro cuánto tiempo, pero ya me veía más por el mundo que volviendo a Argentina. Creo que también salí a buscarME, a averiguar quién era y quién quería ser.

– Encontraste tu vocación como maestra de inglés ¿Cómo se dio esto? y ¿Cómo se siente trabajar con orientales?

Era algo que quería desde siempre, pero que nunca le di una oportunidad (o me lo tomé en serio). Desde chica que me encantan los nenes; era de las que cuando iba a un restaurant o un hotel, lo primero que hacía era ir a la zona donde estuvieran los más chiquitos… amaba (y todavía amo), estar con nenes. Soy la segunda de 4 hermanos y traté a mis dos hermanos más chicos como mis juguetes ¡pobrecitos! (risas). Desde siempre que los niños me transmitieron felicidad. En esa estancia de Córdoba, a la que siempre iba, me la pasaba jugando con los más pequeños, y ese verano que pasé ahí (antes de irme de Argentina), trabajé ayudando en el área de recreación infantil

El problema (y distanciamiento), llegó a la hora de elegir una carrera. Se me cruzó por la mente ser maestra jardinera, pero lo desestimé muy rápidamente pensando ”no me van a pagar mucho trabajando de esto ni se va a valorar mi trabajo”, un pensamiento que hoy no comparto, pero que fue la causa por la cual no seguí esa carrera. Así y todo, no me arrepiento de las decisiones tomadas, porque creo que sino no estaría dónde estoy hoy.

Básicamente, cuando me mudé a Barcelona, conseguí trabajo como publicista freelance, pero como no ganaba lo suficiente empecé a hacer trabajos paralelos como niñera. Ahí volví a tener contacto con los niños y darme cuenta lo bien que me hacían y lo felíz que era cuando estaba con ellos. A partir de ahí, todos los trabajos que tuve a futuro fueron con niños.

Empezando por mudarme a Australia para trabajar como Au Pair (niñera que vive en la casa con la familia), acompañándolo con mas trabajos de nanny en mis ratos libres, siguiendo por mudarme a Nueva Zelanda con aquella familia con la que trabajaba porque ya me había encariñado con los nenes y no los quería dejar, y terminando por tomar la decisión de convertir esa felicidad diaria, esa pasión de estar con los nenes, en una carrera y, la que creo, es mi vocación. Por eso, antes de irme de Nueva Zelanda, hice un curso para convertirme en maestra de inglés y ese es mi trabajo hoy en día.

Ahora mismo me encuentro enseñando en un instituto privado de inglés en Tailandia, y no les puedo explicar la felicidad que siento todos los días. Decir que amo mi trabajo creo que se queda corto. Trabajar con orientales se siente igual que trabajar con no-orientales. Los niños son niños, acá, en Argentina, y en todos lados. Tienen esa inocencia que los hace lo que son.

– Pero también leímos notas tuyas en algunos medios de Argentina… 

No es que escribo de manera regular para ningún medio, esto se da más que nada porque me contactan o los contacto, para contar mi historia o para contar cosas en particular sobre los países donde vivo. Creo que no todos los días encontramos una Argentina viviendo en Tailandia con tantas ganas de contar su experiencia.

Mi primer contacto con los medios fue con el Diario La Nación (respondiendo a una nota que leí en la cual decían que si tenías una historia para contar te contactaras). Gracias a esa nota, me contactaron de 2 radios argentinas. Después, el hecho de estar en Instagram y que la gente de todos lados pueda ver lo que haces hizo que algún que otro medio más me contactara para saber cosas específicas sobre mi trabajo, o en esta época de pandemia, para contar cómo se vive acá. La verdad es que me gusta escribir y relatar  mi experiencia.

– ¿Dónde y con quién vivís? ¿Cómo te agarró la cuarentena? 

Hace 2 años que vivo en la provincia de Trat, en Tailandia del Este. Vivo sola y muy contenta. Tengo que aclarar que acá en Tailandia nunca hubo cuarentena Nacional. Una o dos provincias lo declararon, pero no fue todo el país. Sí se tomaron medidas, como cerrar hoteles, restaurantes y lugares públicos; y se pedía a quienes pudieran que se quedaran en casa. También hay que saber que el ciclo escolar terminó en Marzo (justo cuando se desató toda la pandemia), y volvía a empezar a mediado de Mayo. La decisión que se tomó acá fue aplazar el comienzo de clases, y que los cursos de verano o institutos de inglés (como el mío), dieran las clases online.

A mí me agarró en pleno viaje en una de las islas que hay acá en mi provincia. Como tenían que resolver temas en mi colegio, me dieron una semana de vacaciones así que me la pasé relajándome en un hotel por 10 días. Cuando volví a mi casa, empecé a trabajar online (en principio desde el colegio y ahora ya desde mi casa). De todos modos, se podía seguir saliendo a las calles, siempre tomando las medidas de precaución necesarias.

Ahora mismo se está evaluando re abrir los institutos chicos en Junio y lo colegio abren en Julio. Creo que sentí mas ”miedo” por lo que se veía afuera y la preocupación de terceros, que por cómo estaban las cosas acá. A día de hoy, hay menos de 3100 casos en todo el país y 57 fallecimientos.

– Más de 450 argentinos estuvieron casi 60 días varados en Tailandia ¿Estuviste en contacto con ellos? 

Sí, en marzo varios de ellos me empezaron a mandar mensajes por Instagram para ver si los podía ayudar en algo con respecto a alojamiento, y cuestiones más de cómo se manejan ciertas cosa en el país. Luego me puse en contacto con la cuenta @varadosentailandia e intenté ayudarlos compartiendo sus posteos para darles visibilidad y que llegue a cuentas como la de Floxie.

– Sentís que más que varados estuvieron “abandonados” en Tailandia?

La verdad que desde mi lugar, si bien yo no estoy varada ya que tengo una casa y un trabajo, no se sintió muy bien ver que la embajada les daba la espalda…

– ¿Cómo se vivió el confinamiento en tu lugar? 

Muy tranquilo. Como dije antes, nunca hubo cuarentena obligatoria. La única medida que pusieron en todo el país (y que aún sigue), es un toque de queda de 10pm a 4am para evitar fiestas. Cosa que no logran evitar ya que se están realizando muchas clandestinas (por parte de turistas y locales). En estos meses se llevaron detenidas a muchas personas por estas razones.

Es más, por tres semanas hubo una prohibición en la venta de alcohol a nivel Nacional y le vino bárbaro al país. Los accidentes de tránsito son la primer causa de muerte, y la mayoría se dan porque quienes manejaban están alcoholizados (por lo general accidentes de motos). En esas 3 semanas bajó enormemente la cantidad de accidentes diarios. Al día siguiente que se levantó la prohibición de venta de alcohol, los accidentes subieron de ¡16 a 63!

– ¿Qué es lo que más te atrapa de Asia?

Lo diferente que es a todos los demás países y continentes en los que estuve. Tailandia es un país tan rico en cuanto a paisajes… es muchísimo más que playas. Tiene unas montañas hermosas, pueblitos escondidos entre lagos y ríos, comunidades y tribus en las montañas viviendo como lo hacían hace 100 años. ah! y la comida! Nada mas rico que la comida Thai. La variedad de frutas y verduras que tienen no la vi en ningún otro lugar del mundo.

Me encanta que se siga yendo a los mercados a comprar y no tanto a los supermercados. La cercanía que tiene la gente para con los extranjeros. Creo que me atrapa todo eso que no se parece a nada de lo que conocía.

– ¿Y si lo comparas con Europa? 

Creo que no hay punto de comparación entre Asia y Europa. Son dos cosas totalmente distintas. Desde la cultura, siguiendo por los idiomas, y la gente. La comida es otro gran factor de diferenciación entre los dos continentes. No podría decir que uno es mejor o peor que el otro. Ambos continentes son grandiosos, y si hablamos de Barcelona y Tailandia, lo mismo. Son países y ciudades riquísimas en cuanto a cultura, gente, comidas, lugares turísticos, pero al la vez muy distintos entre sí. Y mis experiencias fuero muy distintas en un lugar y en el otro.

–  ¿Qué fue lo mejor y lo peor que te pasó viajando?

Una de las mejores cosas fue haber encontrado mi vocación; haber seguido mi instinto y lograr conseguir todo lo que me propuse. Junto con esto, el conocer gente de tantos países. Siempre digo que a las ciudades y los países los hacen la gente, y no recuerdo un sólo lugar en el que haya estado del cual tenga un mal recuerdo, porque siempre conocí gente increíble, más allá de que me haya gustado en término de los que ofrece la ciudad.

No creo que me haya pasado nada muy malo, pero podemos considerar como ”lo peor”, los accidentes que tuve. Soy una persona muy torpe, así que visité algunos hospitales y clínicas por el mundo (nada muy grave).

– ¿Qué les recomendás a los viajeros que no se animan a deambular por Asia?

¡Qué pierdan los miedos y lo hagan! yo me siento super segura acá. Ando por todos lados sola y nunca me pasó nada. Obvio que tomo mis recaudos, pero no siento que sea un lugar al que temerle en términos de inseguridad. Ahora, si no son muy amigos de los bichos, insectos y reptiles, vengan mentalizados en que seguramente vayan a ver muchas de esas cosas. Es algo que yo no pensé mucho y me encuentro con sorpresas en casa casi todos los días (hormigas, arañas, serpientes, escorpiones y más).

Dejando de lado los bichos, creo que Asia es un muy buen primer destino para quienes quieren viajar solos o hacer un viaje largo. Es muy barato, seguro y LLENO de viajeros.

– Por último, ¿soñás con volver a Argentina? ¿Cuál es tu plan viajero a seguir?

No. No es algo en lo que piense (en términos de volver a vivir allá). Creo que si hay algo que tenía claro cuando me fui en Diciembre de 2014, es que no quería volver a vivir en Argentina. No tengo nada en contra del país, lo amo y me encanta ser Argentina, pero siento que no es mi lugar. Mi lugar está en otro lado, todavía no sé donde, pero sé que no está allá.

Me encanta ir a visitar y estar en casa con mi familia, ver a mis amigos, comer asado, pero al mes ya estoy lista para irme. Sí que tengo muchas ganas de ir en Diciembre a pasar las fiestas; va a ser la primera vez en 6 años que estoy ahí para esas fechas.

En cuanto al plan viajero, está muy sujeto a cómo se mueva el mundo. Mi contrato en Tailandia termina en julio y tengo pasajes para Nueva Zelanda, de ahí me iba para EEUU, después a Barcelona y terminaba en Argentina para Diciembre. No creo que nada de eso sea posible, así que mi plan B es quedarme 3 meses más trabajando en Tailandia, volver a Argentina en Diciembre y, en cuanto se pueda, viajar a algún destino de África a hacer voluntariado enseñando inglés. Quizá, después de eso, volver para Europa, no lo tengo muy en claro.

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Fotos: Gentileza María Carolina Piqueras

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