La provincia de Buenos Aires tiene muchos rincones por descubrir. Y a 300 kilómetros al sudoeste de la capital, encontramos esta ciudad que tiene lugares para explorar. Nos referimos a Azul, y en #Pinta te contamos cuáles son las propuestas copadas en esta localidad que invita a encontrarse con la paz pueblerina.
VER.
Los azuleños se enorgullecen por ser una de las pocas ciudades cervantinas del mundo. El título otorgado por la Unesco no es casualidad, es producto del tesoro que guarda la biblioteca Ronco, una de las mayores y más variadas colecciones del Quijote de la Mancha. El artífice de esa colección fue Bartolomé J. Ronco, un antiguo habitante de Azul que llegó a juntar cerca de 300 ediciones del Quijote, a las que se sumaron más de 200 hasta el día de hoy. Casa Ronco funciona como museo y recibe 1500 visitas por año, de las cuales la mitad es de extranjeros que llegan fascinados por la colección.
La riqueza cultural de esta ciudad la conforma también el Teatro Español de Azul, ya que es el teatro en funciones más antiguo de Argentina. Hasta mediados de los 1950 vivió una etapa de esplendor marcada por la presencia en su escenario de gr andes artistas como Blanca y Pablo Podestá, Carlos Gardel y Tita Merello, entre otros. En 1992, el edificio fue restaurado a nuevo y hoy el teatro revive en Azul con gr andes espectáculos.COMER.
Quienes llegan a Azul no dejan de pasar a comer por el clásico restaurante La Fonda (calle San Martín 875), donde es posible degustar los platos tradicionales argentino, todo en un ambiente de típico bodegón. Una opción más informal y canchera es Finnegan, un Irish Pub con opciones de tapeo y cerveza tirada de primera.
EN LAS AFUERAS.
Si el tiempo de estadía en Azul amerita una escapada por los alrededores, vale la pena visitar el paraje de Pablo Acosta, al cual se accede viajando por la Ruta 226 hasta el cruce con la Ruta 80 y desde ahí hay que recorrer sólo 20 kilómetros por asfalto. Rodeado de un paisaje serrano imperdible, y al cual se puede llegar previa visita al fabuloso Monasterio Trapense, un lugar que despierta curiosidad en los turistas que lo visitan los días domingos a las 10 hs. para presenciar la misa cantada. Allí viven los trapenses en recogimiento y silencio pleno desde 1958 y alberga monjes de distintas partes del mundo. Afuera se puede contemplar la gr ande y ondulada extensión que propician las tareas rurales y de huerta del lugar. Hay venta de productos artesanales de los monjes a precios módicos.
Siguiendo unos minutos por la ruta 80 se llega al pueblito de Pablo Acosta. Ahí mismo hay El Viejo Almacén, una pulpería divina donde va mucha gente de la zona y algunos otros bien informados para comer (con previa reserva) alguna buena picada o algún asado con vino tinto para los más valientes.
ESTADÍA >> Chacras de Azcona
Una hostería de campo es ideal si lo que buscas y despegarte de la gran ciudad y empaparse de una atmósfera cargada de paz. Muy cerca del casco urbano de Azul, se encuentra Chacras de Azcona, una bonita casona de campo con elegantes espacios con refinado estilo arquitectónico, una decoración dedicada y jardines de árboles añejos.
El lugar posee habitaciones cálidamente ambientadas (con baño privado y con baño compartido), salas originales con refinado estilo arquitectónico, biblioteca, quincho con parrilla, y en el exterior una amplia piscina y solarium. Además, todas las mañanas en Chacras de Azcona se sirve un delicioso desayuno artesanal.
El huésped puede disfrutar de las caminatas por el predio de 5 hectáreas, avistaje de aves, paseos en bici, cabalgatas diurnas y nocturnas, y tareas de campo como arreo de ganado o recolección de frutas y hortalizas de estación guiada. Además, desde cada una de las habitaciones se puede percibir el sonido de las aves en su hábitat natural y los aromas silvestres. Un placer a los sentidos.
Estadía: desde $ 1.300
Más info: chacrasdeazcona.com.ar
Fotos: gentileza lugares mencionados