Paula y Ana son fotógrafas y amigas porque los unió esta profesión. Ambas conforman una dupla que hace ruido en la ciudad a través de Tres Visiones, un proyecto destinado a transformar fotos en rompecabezas. “Encontramos en los rompecabezas la posibilidad de plasmar recuerdos en juego”, cuentan.
Tres Visiones es un emprendimiento que nació en pandemia. La idea surgió por necesidad de reinventarnos ante este encierro obligado que tumbó toda chance de crecimiento. Contactamos a un conocido que se dedica a los rompecabezas a gran escala en lo que es ventas… y así comenzamos”, explica Paula.
– ¿Qué buscan brindar a través de @tresvisionesph?
Te ofrecemos convertir en rompecabezas tus recuerdos. Esa foto que tanto te gusta, ese momento que quedó en foto, o ese paisaje que encontraste por la web, el retrato de tu flia…todo puede ser un rompecabezas. Armamos collages, creamos escenas, usamos técnicas como fine art, o retoques para mejorar o darle un toque diferente a la foto original.
– ¿Cómo fue el proceso de llevarlo a cabo?
Primero la idea, vaga, remota. Luego reunirnos con el proveedor y sacarnos dudas que surgían. Creamos espacios en redes sociales; esta forma virtual es la que adoptamos. Invertimos y creamos imágenes nuestras, contenidos para las redes. Contactamos gente amiga que nos orientó en el uso de redes.
– ¿Desde cuándo están vinculadas con la fotografía?
Paula: desde hace muchos años en contacto con la fotografía profesional. Hubo un descanso que luego se retomó como “terapia personal”. Volver a estudiar lo ya aprehendido permitió conocer gente para generar esta idea que llamamos TresVisionesPh
Ana: profesionalmente hace pocos años. Siempre fue un objetivo en la lista de deseos a cumplir.
La mayoría de las fotos que nos pasan son familiares, por lo que entendemos que se busca la forma de plasmar ese recuerdo en un juego que se da para compartir.
– Dejar de lado lo digital y volver a los juegos de mesa… ¿qué nos da el puzzle que otro juego no nos da?
Hacer rompecabezas incentiva la memoria, estimula la atención, calma la ansiedad, propone también compartir ese tiempo con quien gustes, poniendo en práctica la paciencia…y al final disfrutar de colocar esa última pieza que pone fin a un esfuerzo dedicado. La foto, el paisaje que luego puede ser tu cuadro en la habitación que te recordará un buen momento.
Paula y Ana se complementan súper bien en este proyecto. “Una tiene los contactos y la parla; la otra la imaginación… que a veces se vuela demasiado (risas) pero está la otra parte que reencauza”, confiesan divertidas.
Mientras tanto, ambas sueñan con volver a la rutina de sus trabajos en la fotografía. “Ansiamos poder volver a las escuelas para darles esos recuerdos únicos de cada año, volver a las cantinas de los clubes de barrio, a los shows de los gimnasios que cada fin de año presentan musicales de los más coloridos”.