Reducir el impacto ambiental de materiales plásticos y poder convertirlo en un producto que reemplace la madera, de eso se trata. Malena Taube es física medica y está haciendo un doctorado en física en la UNLP. Martina Tomaghelli estudia la carrera Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Unieron sus deseos de tener una vida más sustentable y crearon una iniciativa que promueven el reciclado de plásticos en la ciudad. El proyecto tiene poco más de 1 año y ya ha generado una linda comunidad eco friendly.
Las chicas se conocieron en una reunión informativa de “Botellas de amor”, una entidad sin fines de lucro que se dedica al desarrollo de una comunidad con hábitos sustentables. Allí, la directora de la fundación (Ludmila Taraborelli) les ofreció una guía de cómo poder llevar adelante esta eco iniciativa en La Plata. Fue en septiembre de 2019 cuando decidieron abrir una cuenta de Instagram y dar marcha a este proyecto en conjunto, el de Ecobotellas La Plata. “Cuando me enteré que existía el proyecto Botella Amor, me pareció algo super”, cuenta Malena. “Desde hace 11 año soy parte de otra ONG (Rotaract Ensenada) y junto a ella conseguimos el primer punto de acopio para esta iniciativa que formamos con Marti”.
¿Cómo hacer una ecobotella? Necesitás una botella de plástico, preferentemente con pico ancho. La idea es meter en la botella nuestros residuos plásticos (limpios y secos) que vamos descartando y ayudarnos del palito duro (de madera o cualquier material) para empujar y que todos los envases plásticos queden apelmazados.
– ¿Cómo hacen con la coordinación para el acopio de botellas?
Male: Nos movemos bastante para captar la atención de los Municipios, que serían de gran ayuda. Hoy en día estamos trabajando con el Municipio de Ensenada y el de Berisso que nos facilitan 1 camión por mes para trasladar las ecobotellas hasta la planta de Bernal. Estamos muy contentas de haber logrado la movilidad. El día a día lo trabajamos con los voluntarios y otras ONG ayudando. Nosotras ponemos un puntos de acopio y el día de la recolección pasamos por los puntos más grandes (San Cayetano, RockNGol, Taller Ricardito, etc) y cargamos en el camión; un trayecto que en principio nos demandaba 8 horas y con el correr del tiempo hemos optimizado y hoy en día lo hacemos en 4 horas.
También le dedicamos mucho tiempo a abrir los puntos de acopio, previa entrevista porque queremos que sea todo claro y estemos en la misma onda. Ya llevamos 20 puntos de acopio en los 3 municipios y con gente que nos abrió las puertas con buena onda e identificados con el proyecto.
– Qué les sucede cuando empiezan a implementar este hábito?
Marti: El primer impacto que vemos al realizar la botella de Amor es la cantidad de plásticos que consume nuestra familia. es impactante ver cómo las botellas se llenan rapidísimo y ver cómo estamos rodeados de plásticos de 1 solo uso, situación que antes veíamos normal. Hay plásticos que podemos evitar.
Male: Y también para entender que la Botella de Amor no es un medio para descartar plásticos sino es el tomar conciencia de todo los plásticos que consumimos y ver cómo podemos reducir su uso. Por ejemplo, en vez de ir a comprar lentejas al supermercado, voy a la dietética con un frasco y compro a granel; así estoy reduciendo el consumo de plásticos que le hace tan mal al planeta. Por otro lado, hay muchos plásticos que son inevitables, como los blisters de los medicamentos. Esos son los descartes que formen la Botella de amor”.
– La pandemia fue clave para tomar conciencia del mundo sustentable y el cuidado del medioambiente…
Male: Fuimos un gran boom en cuarentena, donde la gente se empezó a copar con lo de Botella de Amor. Y a partir de ahí empezamos a crecer con el proyecto en La Plata, Berisso y Ensenada. Desde octubre de 2019 hasta ahora ya llegamos a 15 toneladas de plásticos de 1 solo uso,. Es un montón! Pero obviamente se necesita mucho más, obviamente siendo conscientes del plástico que consumimos, empezar a reducirlo. La idea nos es generar botellas de amor, sino empezar a reducirlas al mínimo.
– ¿Qué hábitos podemos adoptar para cuidar el planeta?
Male: La Botella de Amor es un paso a una toma consciente. Creo que todos en algún momento hacemos un clic, y ese clic puede ser la Botella de Amor, puede ser la separación de cartón, o cualquier habito. Podemos empezar a hacer compost que es muy simple (porque el 50% de nuestros residuos son orgánicos y los reducimos un montón); limitar el consumo de carnes; cuidar el agua; ser un poco más conscientes de los productos que consumimos.
Marti: Cada vez que adoptamos un hábito sustentable vamos por más, y eso está buenísimo. Empezar por comprar a granel, ya que esto evita las bolsitas de plástico innecesarias (y evitables). Utilizar bolsa de tela, botellas reutilizables, llevar nuestros propios cubiertos y/o vasos si sabés que donde vas a comer te dan descartables. Ahorrar agua. El agua no es un recurso renovable; cerrar la canilla mientras nos lavamos los dientes, cuando lavamos los platos… Juntar agua de lluvia para regar nuestras plantas, armar una huerta en casa.
Male: Empezar a cuestionarnos lo que consumimos y hacemos para reducir el impacto en el ambiente.
– Es duro el trabajo de voluntaria pero hay situaciones reconfortante…
Marti: Hacemos todo esto porque nos preocupe el medioambiente y porque además se genera un círculo de cooperación comunitaria. Cuando llegamos a un determinado kilaje, la fundación Botellas de Amor nos dona algo y lo que hacemos nosotras es entregarlo a quienes realmente lo necesiten. Hasta el momento tuvimos un sólo intercambio, un banco de material reciclado que donamos al Hospital Cestino de Ensenada. Pronto se viene otro intercambio. La idea es devolverle a la comunidad lo que nos da.
Las botellas llegan a una fabrica que es privada y lo transforman en madera plástica. Con esta práctica sustentable, no sólo evitamos producir más basura, sino que la convertimos en algo útil, necesario, y con un mantenimiento más fácil incluso que el de la madera.
¿Cómo llenamos entonces una ecobotella? Plásticos de un solo uso, blandos. Esos son: