Por Silvina Baldino
Tres mujeres unidas por la amistad y un proyecto de canciones. Tres voces sobre un fondo que incluye
guitarras, placas, acordeón, sintetizador, bajo, batería y percusión. Ellas son María José Tolosa, Josefina Hernalz Boland y Manuela Belinche, y juntas hacen Puebla.
Influencias musicales del pop, del rock y de la canción francesa, Puebla es una banda platense que ya cuenta con tres trabajos discográficos: Mundar (2015), La trama de los confines (2017) e Intemperie (2019). Con presentaciones en ciclos como Sofar Sound y Home Concerts, y salas que incluyeron giras como en la Patagonia argentina en 2019, y en Uruguay este 2020, Puebla se consolida como banda.
El proceso de producción del último álbum “Intemperie”, también ayudó a consolidar la formación de la banda con Lautaro Zugbi en guitarras, Sebastián Alonso en batería y Mauro López Sein en bajo. Este disco incorpora rasgos de una sonoridad explorada a partir de variantes tímbricas, poéticas y conceptuales. En una entrevista con #Pinta, las integrantes de Puebla nos hablan de sus inicios, cómo transitaron el camino de su proyecto musical, y cómo están viviendo el aislamiento social provocado por la pandemia, entre otras cosas.
– ¿Qué las unió cuando decidieron formar Puebla?
Nos conocimos estudiando canto y nos hicimos muy amigas bastante rápido. Al principio nos juntábamos a tocar temas que nos gustaban y en algún momento con pedacitos que alguna tenía escritos por ahí compusimos nuestra primera canción. Fue todo un acontecimiento porque ninguna había hecho eso antes; y descubrimos juntas que teníamos esa posibilidad. Después nos re cebamos y empezamos a ensayar en serio, pero todavía sin saber para qué. En unas vacaciones de invierno un amigo, Fede Falcón, nos invitó a telonear una fecha suya y ahí nos cayeron todas las fichas: ¡teníamos una banda!
– ¿Se les complicó el camino musical por ser mujer?
Si bien no tuvimos secuencias terribles como las que han vivido otras compañeras sí pasamos por ninguneos, machiruleadas, subestimaciones y comentarios despectivos por ser mujeres o por hacer lo que algunos consideran “música de minitas” (nos han dicho eso, literalmente). Hay cosas que recién ahora, en retrospectiva y con unas cuantas lecturas feministas más que antes a cuestas, podemos ver como situaciones que no están buenas y que hoy no dejaríamos pasar tan livianamente.
– Uno de lo que distingue a Puebla es que entran en juego una variedad de instrumentos poco inusual (algunos de ellos no típicos) ¿pero cuál es realmente la impronta de la banda?
Sí, parte de la impronta de nuestro sonido tiene que ver con la presencia del acordeón, las placas y algunos recursos del acompañamiento con la acústica y la percusión que juegan con el vacío, con “lo poco”. Obvio que nos damos nuestras licencias, pero en cuanto al fondo solemos buscar por ahí… Después hay otro sello inevitable que es el de la voz y, en este caso, el encuentro de nuestras tres voces que por momentos suenan como una sola y otras veces se distinguen bastante entre sí, sobre todo cuando tocamos en vivo.
– ¿Cómo las sorprendió la cuarentena? Ustedes venían de una gira por Uruguay… ¿Tenían proyectado algo?
Sí, teníamos proyectadas un par de fechas que nos entusiasmaban un montón y también nos habíamos propuesto salir a tocar Intemperie, nuestro último EP, por algunas provincias del interior. Pero bueno, claramente los planes cambiaron por completo.
– Afrontaron el confinamiento con un gran desafío: grabar desde sus casas ¿Qué tal les resultó la experiencia?
Nueva, rara, desafiante. Obvio que preferimos mil millones de veces juntarnos a ensayar con la banda en un sucucho todxs apretadxs o poder escuchar mientras lxs demás graban y después comer unas pizzas, pero dentro de todo podemos decir que la pandemia nos dejó un recurso nuevo que es el de bocetar a distancia, pasarnos ideas grabadas en algunos programas que aprendimos a usar en estos meses y maquetar ahí, colectivamente pero aisladas. También nos sirvió para darnos cuenta de que con menos recursos se pueden lograr grabaciones dignas, que nos conforman y que incluso a veces nos copan más que otras para las que nos gastamos todos los ahorros.
– El encierro ¿estimuló la creatividad? ¿surgieron nuevas canciones?
El encierro modificó bastante nuestra forma de vivir, de relacionarnos y también, claro, de hacer música. Al principio nos puso un montón de obstáculos para componer, ensayar y producir pero a la vez nos dio cierto espacio para replantearnos qué cosas queremos, cuál es el verdadero motor del proyecto. Creemos que siempre que cambian las circunstancias aparecen materiales nuevos con los cuales laburar y de a poco empezamos a encontrarle la vuelta para hacer algo con todas esas ideas incipientes.
– Cuentenme del proyecto de canciones de amor de todos los tiempos (“Bésame mucho” y “Dos Galaxias”) …
Siempre tuvimos ganas de trabajar sobre versiones porque nos parece que es otra forma de rastrear el sello del sonido propio. También nos copó pensar que fueran canciones de palos muy diferentes, que reúnan un poco de todo lo que escuchamos, que de alguna manera también está en lo que hacemos.
La idea de que sean canciones de amor salió de una charla que tuvimos por Zoom sobre qué pasa con el deseo en este tiempo, cómo puede volverse más intenso que nunca o anularse por completo, cómo nos acostumbramos a extrañar o qué va a pasar con el contacto entre los cuerpos después. De alguna forma son preguntas sobre el amor. Empezamos a buscar por ese lado. “Bésame mucho” nos pareció un gran tema para arrancar porque pone en el centro de la escena algo muy simple, el beso, que en este momento puede llenarnos de contradicciones. Además queríamos hacer un bolero. “Dos galaxias”, en cambio, es una canción que siempre tocamos en las vacaciones con amigxs, nos lleva ahí. Ahora seguimos en plena selección y nos divierte mucho, volvimos a hitazos que teníamos olvidados.
– Si no me equivoco ustedes tienen 3 discos grabados… ¿En qué se diferencian uno y otro?
Los tres discos tuvieron atrás procesos de producción muy diferentes. Podríamos decir que el primero, Mundar, fue un hijo no muy buscado. Surgió de la necesidad de tener algo para mostrar cuando queríamos conseguir fechas, lo grabamos en distintas etapas durante un año y tuvo un laburo muy artesanal, hasta clavamos una por una las cajitas de madera ilustradas por la grosa Marina Hernalz Boland. El segundo, La trama de los confines, lo hicimos en tiempo récord porque queríamos afianzar el formato trío. Es el disco de transición, en donde incorporamos sintetizador y un nuevo set de percusión. El último, Intemperie, es un EP de cinco canciones propias y siempre decimos que fue el disco que tuvo el tiempo justo de cocción, disfrutamos realmente cada etapa y es el que más extrañamos tocar en vivo.
– Este año fueron finalistas de camino a Abbey Road ¿Cómo vivieron este momento?
Fue una gran sorpresa. Nos anotó nuestra amiga y productora Loli Vergani con el video de un tema nuestro que se llama “Hilos”, grabado (audio y videos) con celulares y en aislamiento. Nunca pensamos que podíamos quedar seleccionadas y mucho menos nos imaginamos llegar a la final. Fue una experiencia re loca que nos hizo salir de la quietud en los primeros meses de la cuarentena y que nos abrió la posibilidad de que más gente escuche lo que hacemos.
– ¿Cómo ven el escenario de los músicos independientes en La Plata?
La cuidad de La plata tiene una escena musical muy potente, no es ninguna novedad decirlo, pero acá nacen propuestas alucinantes que se gestan con mucho esfuerzo y pocos recursos. Hay cualquier cantidad de músicxs que admiramos, a lxs que queremos volver a ver en vivo o con quienes nos encantaría compartir movidas. Nos parece que, tal vez, son pocos los espacios disponibles para visibilizar todo eso que sucede. Por eso nos preocupa que en este momento tan difícil puedan sostenerse las casas amigas que siempre nos abrieron las puertas, como C’est La Vie o La Bicicletería, por nombrar algunas.
– Es todo muy incierto todavía, pero ¿Cómo proyectan la post pandemia?
Lo que más queremos es volver a ensayar y a estar juntas. Fantaseamos con poder salir de gira en las vacaciones de verano, quizás por la Patagonia, pero habrá que ver cómo sigue todo. También pensamos en terminar el proyecto de canciones de amor y volver a laburar sobre nuestros temas, quizás versionar temas de discos anteriores que hoy en día suenan muy diferente a como los tocamos en la grabación original.
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