Los fanáticos del rock la admiran por haber capturado memorables imágenes a gr andes músicos desde los ’90: Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Babasónicos, Andrés Calamaro, por mencionar algunos. Sin embargo, Nora Lezano siente que está más allá de la fotografía de rock.
Este domingo, la fotógrafa estará en el escenario del Teatro Metro de La Plata con “Enfoques”, un evento que reúne a ocho profesionales de la cámara ya consagrados, como Marcelo Cuglari, Florencia Petra y Andy Cherniavsky, entre otros. Antes de su presentación en La Plata, Nora Lezano habla con #Pinta y devela los secretos para generar complicidad con los gr andes artistas, además de adelantar detalles de lo que será su próximo libro.
– ¿Cómo fueron tus inicios con la fotografía?
Comenzó con esto casi de casualidad. Yo estudiaba la carrera de Biología en la Universidad y mi mejor amiga me pidió que la acompañara a un curso. Acepté sólo por curiosidad y para bancarla a mi amiga. A los pocos días ella tuvo que dejar a los pocos días y yo continué unos meses más. Con los ahorros de mis sueldos de empleada administrativa pude comprar mi primera cámara (analógica).
– ¿Cómo cruzaste tu afición con el rock?
A mí me gustaba mucho el rock, así que estimo que vino la música antes que la fotografía. En aquella época (los ’90) tenía un novio músico e íbamos mucho a recitales, entonces yo llevaba la cámara y sacaba algunas fotitos. Ibamos mucho a ver a Illya Kuryaki, pero no nos conocíamos obviamente. Llegaba a mi casa, revelaba las fotos entonces al próximo show les llevaba las fotos. También fotografiaba perros, la b anda que tenía mi novio y paralelamente hacía contactos. Obvio que todo esto llevó su tiempo… hasta que empecé a trabajar para revistas.
– Y después llegaron los retratos…
Al principio fueron los conciertos porque yo no tenía acceso ni cercanía a esos músicos, yo quería ser parte de ese mundo y arranqué por los shows, la cosa más lejana. Después haciendo contactos, relacionándome con músicos, con managers con la gente de prensa… luego, a través de las revistas con trabajos por encargo como fotos en sus casas o en sus estudios. Pero igual siempre me divirtió hacer las dos cosas. Después de unos años dejé de ir a los shows con la cámara y ahora sólo disfruto. El retrato siempre fue lo que más me interesó, tanto de músicos como de cualquier persona. Soy un ser bastante sociable y el retrato me permite vincularme con gente, entonces eso me atrae mucho.
– ¿Cómo logras que el artista transmita?
Yo creo que pasa por uno. Es una cosa muy personal. Creo que lo primero es el tratarlos, el vincularme con ellos de igual a igual. Cuesta mucho porque es difícil bajarlos del poster. Todos era artistas que yo admiraba mucho, tenía las carpetas forradas con sus caras, posters en mi habitación, consumía sus discos, consumía revistas donde había reportaje de ellos, o sea.. tenía una gran admiración por esa gente. Cuando tuve oportunidad de tenerla al lado mío y fotografiarla traté de mentalizarme y pensar “son igual que yo”, quizás como un mecanismo para evitar los nervios. Si bien me emocionaba y me iba a un rincón a secarme las lágrimas de la emoción, trataba de decir: “son iguales que yo”. Tratar como un par a esta gente tan inmensa es muy bueno, porque los baja un poco del escenario, de esa pose de rock star. Pero la relación que uno tenga con el artista es más intuitivo, no sé si se puede enseñar en un curso de fotografía porque pasa por uno, por la sociabilidad, por el carácter, por cómo se dan las cosas.
– ¿Sentís que llevas en tu espalda una parte de la historia del rock argentino?
Tengo una parte de la historia argentino en imágenes desde los ’90 porque yo empecé a trabajar Andrés Calamaro me dijo una vez: “vos tenés retratada la mejor época de todos: la de Charly, la de Cerati, incluso la mía”. Por que los años ’90 fue una época increíble a nivel musical.
– ¿Qué tienen que tener un fotógrafo para capturar este tipo de imágenes con gr andes personajes?
Yo creo que tiene que tener respeto, ética profesional porque también hay que saber cuándo hay que bajar la cámara. Hay que tener en claro que no hay que fotografiar todo. El respeto en la fotografia y en la vida es fundamental. También amor por lo que haces, eso se transmite también y lo vé el otro también. Estados dos cosas primordiales.
– ¿En qué estás trabajando hoy?
Sigo fotografiando músicos y cosas de mi universo pero también abriendo otras puertas. Me invitaron a participar el año que viene en la Bienal Internacional de Performance, que es un lugar inexplorado para mí. Estoy trabajando con un curador que admiro mucho que es el artista Emilio Garcia Wehbi y acá voy a trabajar desde lo privado, con fotos mías que nada tenga que ver con la música. También estoy por sacar un libro. Retomé un texto que tenía abandonado desde 2012 que se llama “La hija de la suerte” con texto e ilustraciones a cargo de Josefina Walsh. No va a tener fotografías. Es un libro autobiográfico de mi infancia y adolescencia. Lo que intento es abrir un poco el juego dentro del arte, por eso el escribir… Yo le doy importancia a estas necesidades, porque hay que escuchar el deseo y esta cosa creativa me atrapa.
– Por último, ¿con qué se va a encontrar el público este domingo?
Voy a llevar muchas fotos, no sólo relacionadas con la música sino con todos mis universos. Voy a contar mis comienzos, las cosas que me gustan, mis referentes, y lo que intentaré es hacer una charla librada al público. No quiero hablar sola sino que el público participe y que pueda preguntar. Porque de eso se trata, de un intercambio de ideas con el otro.
Fotos: Esteban Ferreyro (portada) / Nora Lezano (retrato Cerati)