El músico platense Juan Frati acaba de lanzar su nuevo material discográfico titulado “¿Quién va a juntar las copas rotas?”, con canciones teñidas de un sonido indie rock argentino, en las cuatro canciones priman la letra y la voz cantada como instrumentos preponderantes y organizadores del discurso.
“Este EP es un espacio en el que aterricé luego de sentir un poco de agotamiento en relación a la música ́de guitarras ́. Caí en la cuenta de que mi consumo musical estaba captado por músicas en dónde la canción estaba por encima del género, instrumentación o cualquier otra cosa. El formato canción me parece algo felíz y sumamente flexible, algo que puede contener todo: géneros varios, instrumentos, estéticas diferentes”, dice Frati.
“¿Quién va a juntar las copas rotas?” es un trabajo conceptual y la exploración estética acompaña una historia solemne y que carga nostalgia, abriendo al artista la posibilidad de juego con dos personajes bien marcados dentro de las canciones, que podrán ser encontrados por quien quiera animarse a la búsqueda.
En dialogo con #Pinta, el músico nos habla de sus inicios, su presente y sobre este nuevo material que acaba de lanzar en las plataformas digitales.
– ¿Cómo nació tu pasión por la música?
Creo que mi pasión con la música estuvo latente desde muy chico. Lo que escuchaban mis viejos me llegaba y en algún lado quedaba: La Máquina de Hacer Pájaros, Deep Purple, Queen, Creedence, etc. Fue gracias a todos esos estímulos e influencias que quise tener una guitarra y, lógicamente, gracias a mis padres que a la edad de 5 me la compraron.
Más de grande, a eso de los 10, ya recuerdo una pasión más tangible y personal. Pasión que me hacía volver completamente loco con los grandes guitarristas de todos los tiempos cómo SRV, Eric Clapton, Peter Green, Freddie King, etc. Son realmente incontables las horas que pasé sacando sus solos y descargando cualquier material que podía encontrar de ellos. Gracias a la piratería, por eso (risas).
Últimamente descubrí que esta pasión de la que hablo, la pasión por la música, es algo en movimiento por suerte. Mantengo una curiosidad por cosas nuevas y eso me gusta. Me es útil para no estancarme. Aunque de vez en cuándo vuelvo a las cosas que más me marcaron.
– ¿A que artista admiras?
Un artista que verdaderamente admiro es David Bowie. Creo que su búsqueda va más allá de lo instrumental, de lo técnico. La obra del tipo es un concepto gigante, que abarca muchísimas aristas del arte. Me impresiona mucho cuando un/a artista sigue sonando moderno por más que hayan pasado, no sé, 40 años de la obra. Es una locura y Bowie era uno de los que lograba eso. De hecho, me resulta raro hablar en tiempo pasado de su persona porque es alguien que logró trascender nuestras nociones de tiempo y espacio: paradójicamente dos cosas muy tratadas en su música, el espacio sobre todo.
– ¿Qué te inspira a la hora de componer?
No hay una sola cosa que me inspire a la hora de componer y creo que cambia constantemente. Por ejemplo, para “¿Quién va a juntar las copas rotas?” me inspiró mucho una mala relación culminada (por suerte), que al principio me destruyó y después me hizo rever mi manera de entender y transitar los vínculos.
Hoy en día mi situación sentimental es completamente distinta, para mejor, y eso me inspira en las nuevas composiciones, que ya no son tan bajón cómo las de este álbum (risas). De todas maneras estoy intentando salir un poco del lugar que suelo adoptar para escribir: mis propios sentimientos y pensamientos. En QVJLCR hay canciones escritas desde un personaje y otras que las escribo yo desde mi intimidad. Eso es divertido y algo nuevo en mi manera de componer.
– ¿Por qué decidiste no hacer más música instrumental?
La distancia que le tomé a la música instrumental tiene que ver con mis propios consumos culturales. Básicamente me di cuenta que gran parte del día escucho canciones con letra, con alguien cantando. Entonces pensé ¿Por que seguir haciendo algo que no escucharía? La música instrumental sigue ocupando un lugar en mi vida, sin dudas. Pero el peso que tiene la voz hablada o cantada hoy en día no lo cambio por nada.
– “Quién va a juntar las copas rotas” ¿de qué trata?
El concepto de “¿Quién va a juntar las copas rotas?” tiene que ver con el desamor, con ser manipulado por otra persona, pero también con poner en duda nuestro propio lugar en las relaciones, ¿nosotros/as no somos culpable de nada?. Las copas que se rompieron, ¿las rompió otro/a o las rompí yo?.
En el disco hay una imagen muy importante: la agonía. La misma es un estado terrible y cercano a la muerte. Por eso las preguntas retóricas de: ¿Se puede morir por amor?, ¿puede el amor terminar en agonía?. El último tema se titula “No es amor, es agonía”. Fue el primero en hacerse y el que cierra el álbum porque es el más significativo, a mi entender.
– ¿Sigue la línea musical de tus temas anteriores?
No, sin dudas no sigue la línea de mis temas o trabajos anteriores. Ni musicalmente, ni en la manera en que el concepto se materializa. En este álbum hay una búsqueda que abarca varias cosas: música, letra, imagen y próximamente video. Es una propuesta artística en general.
– Después de esto, ¿qué viene?
Por el momento estoy metido dentro del mundo de las ideas de ¿QVJLCR?. Casi no puedo pensar en otra cosa. Siento que hay mucho que desarrollar con presentaciones en vivo y material audiovisual. Aún la historia no está del todo explorada y hay mucha tela por cortar. Pienso que junto con el equipo de trabajo logramos crear algo que se presta para un lindo desarrollo. Lógicamente también estoy haciendo temas nuevos, cómo siempre. Pero trato de no perder el hilo de la historia que estoy contando ahora.