Para los ojos del público Marcela Guanciarrosa es artista plástica, pero ella se define como autodidacta. Quince años atrás, esta creativa platense tomó la decisión de pintar; y tras reunir una serie de óleos fue tentada para realizar su primer muestra. Luego se sucedieron distintas exhibiciones. Y más tarde, el deseo de instalar el arte a los ojos de todo el mundo hizo que se centrara en lo urbano. Hoy, pinta fachadas y expone sus obras en las redes sociales. Por estos días, su creatividad está dando que hablar por un proyecto magistral: la adopción compartida de su obra ‘Mujer Mágica’.
La artista puso a disposición uno de sus cuadros destinado a ser adoptado por cualquier persona que se comprometa a garantizar el bienestar de la obra durante 15 o 20 días. “La idea es que vaya pasando de mano en mano, que recorra la ciudad o donde llegue”, dice Marcela. La iniciativa está en marcha hace un par de meses. ‘Mujer mágica’ ya ha convivido en cuatro espacios diferentes en la ciudad y “todo ellos muy bien recibidos”, asegura. “Intento que las personas que no se conocen se encuentren a través del arte, pero sobre todas las cosas, que la gente se acostumbre a tener obras de arte en sus casas ya que se las ve como algo inaccesible. Y tener una obra de cualquier artista en la casa está bueno, y con este proyecto surge un modo de educar a la gente”.
Sin duda el arte es una disciplina que requiere disciplina y pasión. “Si bien toda mi obra tiene personalidad y es fácil identificarla, no sigo ninguna regla, sólo pinto lo que siento” dice Marcela. “No hay boceto previo, ni concepto previo. Estoy abierta a lo que tenga que suceder sobre el lienzo o sobre la pared”. Por otro lado, la pintora confiesa que lo que le inspira son las relaciones humanas: “hay personas y momentos que me disparan ideas”. Y confiesa que los artistas que admira son Amedeo Modigliani y Marc Chagall.
Hace unos años, a Marcela Guanciarrosa la contrataron de una óptica para intervenir sus paredes. Esto fue un quiebre en su carrera como artista. “Con mis primeros murales comprendí la importancia del arte urbano porque es una manera de intentar que la gente levante la vista de sus celulares y que se conecten con el arte urbano, que ¡es gratuito! y que está ahí para ser disfrutado”.
“Las mujeres son hermosas en todas sus formas”, dice la artista haciendo mención a sus innumerables obras dedicados al rostro femenino. Cuando le preguntamos con qué obra se ha identificado “Hubieron varias obras que sentí cariño, pero creo que con mi último mural de “la bajadita” (calle 33 e/ 1 y 2) siento que pegué un salto cuántico”. Marcela hace referencia a ‘Solo el Amor es Real’, una intervención de una fachada inaugurada en noviembre último. Ese día el barrio fue una fiesta. “El arte es un derecho que tenemos. El arte tiene que llegar a todos lados, No hay que entender, sino disfrutar“, dice la artista.
Por último, Marcela Guanciarrosa siente que el arte debe llegar a todos. “He dictado talleres para niños muy pequeños, dí clases de pintura a ciegos y también a gente en situación de calle; eso fue maravilloso”, dice la artista. “Me interesa colaborar de alguna manera con la sociedad, llevar el arte a la gente que no cuenta con acceso. Cuando pinto en la calle, quienes se paran y se quedan charlando es la gente más humilde. En definitiva, creo que el arte es un modo de cambiar el mundo“.
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