Los foodies platenses saben muy bien que muchas veces se come mejor en un club de barrio que un restaurante que se dice llamar gourmet. No importa que las mesas sean rústicas y que la decoración sea un b anderín o un trofeo de plástico dorado. Quien llega a este lugar tiene claro que se paga poco, y se come mucho y bien. Y así se presenta el restaurante del Club Náutico Ensenada, algún detalle de colores azulgrana a orillas del Arroyo Doña Flora y con una inmejorable entorno.
En este lugar, el bullicio de la ciudad se olvida. Al restaurante del Club Náutico se puede llegar en auto; sólo hay que dejarse llevar por la calle San Martín y llegar a su final. Los isleños suelen amarrar en el muelle su lancha o su kayak para disfrutar de la propuesta gastronómica del restaurante. Para los platenses, un marco ideal que implica para bajar un cambio y conectarse con la naturaleza, aunque sea por un rato.
El buffet del restaurante se renovó en 2016. Con un cambio de concesión, la propuesta gastronómica se superó y pasó a ser un bodegón moderno con cocina casera. Aquí la carta es cantada, se ofrecen platos con ingredientes frescos respetando lo productos de estación, y hay una interesante selección de vinos. Cada uno en su función, Ariel Narbaitz, Agustín Silvi y Benjamín Blinder conforman un equipo gastronómico de lujo. El primero se encarga de elegir las etiquetas para su amada ‘biblioteca de vinos’. Claro, desde hace 18 años Ariel tiene una vinoteca en el centro de Ensenada lo que lo convierte en el más hábil para una buena selección de etiquetas. “Acá en el restaurante no vas a encontrar un López, porque tratamos de ofrecer vinos de calidad que se encuentran fuera del circuito comercial”, nos dice. Por otro lado, Agustín y Benjamín ponen manos en la cocina.
En este bodegón del Club Náutico no hay carta fija. De acuerdo a los productos obtenidos, se elabora el menú. Algunos de los platos se escriben en la enorme pizarra que cuelga de la pared del salón. Otros, los anuncia el camarero al momento de la atención. Ariel y Agustín diseñan todos los días una nueva carta, de acuerdo a lo que encontraron fresco en el mercado. Es aquí cuando el chef (Agustín) pone a activar su creatividad en la cocina, junto a Benjamín, para ofrecer entre 8 y 10 platos de comida tradicional con técnicas modernas que los distinga, en porciones generosas.
Rabas, bondiola braseada, algún crepe de pacú a la parrilla con espinaca, raviolones de salmón con estofado de langostinos, lasagna de carne o pollo, salmón rosado, carne al horno con vegetales asados… y la lista de platos es larga. La informalidad de una ‘carta cantada’ les permite improvisar y sacar preparaciones impensadas. Para acompañar, un minuciosa selección de vinos de bodegas reconocidas como Kaiken, Sophenia, Zuccardi, Lagarde, Durigutti, Colomé, El Esteco, entre otras.
Aquí la comida es honesta, abundante y a buen precio. El lugar tiene un gran salón con gr andes ventanales en los laterales que permiten visualizar el hermoso paisaje ribereño, y una terraza que se habilita para comer afuera los días de primavera y verano. Se puede ir tanto los mediodías como a la noche. Los fines de semana se abarrota de gente, por lo que conviene reservar. Sin duda, es un lugar que lo vale todo, con deliciosos platos abundantes y el río como movilizador de sentidos.
Restaurante Club Náutico Ensenada
Dónde: San Martín Nº 1125, Ensenada
Tel. 460 1147
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