Allá por 1875, con el arribo al puerto de Buenos Aires de un joven genovés llamado Miguel Campodónico, nace la historia de una de las empresas más tradicionales de la ciudad. Marino de oficio y visionario por naturaleza, consiguió enseguida trabajo en embarcaciones que surcaban el Alto Paraná trasladando harinas y cereales provenientes de la región santafesina.
A principios de 1890, su capacidad emprendedora lo llevó a asociarse con Juan Cuni, Juan Esteguy y Antonio Borzone, con quienes arrendó un molino -al que llamaron El Cisne-, buscando captar la demanda de la surgiente Ciudad de La Plata. El Cisne funcionó prósperamente bajo la firma Campodónico y Compañía hasta el 1900, cuando la sociedad se disolvió y don Miguel compró a los otros sus partes. Tras fallecer este pionero en 1915, sus descendientes se comprometieron a sostener el legado, estableciendo formalmente cinco años después una nueva sociedad que llega hasta nuestros días: S.A. Miguel Campodónico Ltda.
A 136 años de sus orígenes, Molino Campodónico acaba de convertirse en la primera compañía argentina de este rubro en obtener la Certificación B, un sello de excelencia que otorga la organización estadounidense B Lab a empresas que asumen el compromiso público y legal de mejorar el impacto social y ambiental en un proceso de mejora continua. De los 160 molinos que existen actualmente en el país, Campodónico se encuentra en el “top ten” de producción.
La empresa familiar fundada en La Plata, se dedica a la fabricación de productos derivados de la molienda de trigo, entre otros, con procesos técnicamente versátiles y con el objetivo de atender las necesidades dinámicas de la industria de la alimentación. Su portfolio abastece de harinas a industrias, panaderías, pizzerías, restaurantes y fábricas de pastas, panificados y galletitas. Y en el universo gastronómico Molino Campodónico es un producto que eligen los referentes de la cocina de Argentina para sus preparaciones con harina. Panaderías como La Valiente con Germán Torres y Lebrel en La Plata comparten los valores de la empresa.
“Los procesos de cambio en los que hemos incursionado en los últimos años, como la Certificación de Inocuidad, el Almacén del Molino, la Certificación de molienda de trigo orgánico, la inversión en la automatización de procesos, la incorporación de nuevas materias primas a la molienda, siempre se han basado en los valores familiares de Campodónico y pretendemos a futuro un negocio que tenga la gestión de la sustentabilidad como tema clave de agenda”, expresó Alejandro Campodónico, Presidente de Molino Campodónico.
La compañía integra la sustentabilidad en sus decisiones, demostrando que es posible hacer negocios rentables beneficiando a todas las partes interesadas de la empresa, como los trabajadores, clientes, comunidades y el medio ambiente. A pesar de las dificultades que tuvo la industria molinera durante los últimos años, la firma siguió innovando y adaptándose a lo que pedían las nuevas tendencias del consumo. En noviembre de 2020 marcó un paso importante en la industria al lanzar la primera harina orgánica refinada del país.
La empresa cuenta con tres líneas de productos: la marca “Mólino Campodónico” de harinas para especialidades; la marca Raíces, dedicada a las variedades orgánicas; y la marca Harinísima, orientada al consumidor final. Entre sus iniciativas, se destacan las alianzas con proveedores y clientes para gestionar el impacto de toda la cadena de valor, su Plan de Eficiencia Energética, una gestión responsable del agua y programas de eliminación de plásticos de un solo uso y de gestión de residuos, este último junto a la Unión de Cartoneros de la Plata.
“Respecto a nuestro desempeño ambiental, trabajamos mucho en mitigar el impacto de nuestro proceso productivo. En 2023, por ejemplo, logramos reducir en un 50% la huella de carbono versus 2022 y que más del 80% de la energía consumida por la planta provenga de fuentes renovables, cifra que el año anterior era del 50%”, agrega Maximiliano Rusconi, Gerente de RRHH y Sustentabilidad.
Además, el molino lleva adelante acciones que contribuyen a mejorar el ámbito institucional y social de la ciudad de La Plata, con acuerdos de donaciones de productos a más de 30 organismos como merenderos, comedores, hogares e instituciones educativas. También colaboran con el Cuartel de Bomberos de la Plata y otras instituciones locales.
“Celebramos que Molino Campodónico alcance este hito en su camino de mejora continua hacia una gestión responsable de su Triple Impacto y que sea parte de la Comunidad B de nuestro país”, comenta Marina Arias, Directora Ejecutiva de Sistema B Argentina. “Se trata de una empresa referente en su industria, que ahora actúa como ejemplo e inspiración para traccionar una transformación profunda en el sector y en su cadena de valor. Molino Campodónico demuestra que una nueva forma de hacer negocios, utilizando la fuerza del mercado para contribuir al bien común, es tan posible como necesaria”.
Actualmente, hay 230 Empresas B Certificadas de origen argentino, de 30 industrias y sectores diferentes, que persiguen un propósito y se comprometen pública y legalmente a mejorar su impacto socio-ambiental, en un proceso de mejora continua. A nivel global, este número asciende a 9.000 Empresas B en 101 países.
Esta certificación no sólo enaltece la marca y la relación de confianza con otros consumidores, sino que inspira a otras empresas a seguir el camino de la sostenibilidad.
Familia Campodónico
Molinos Campodónico a principios de siglo XX