Por Silvina Baldino
“Sin saco ni corbata”. Así se titula el libro que acaba de publicar Robert Loza Bruno. El reconocido sommelier de La Plata se propuso dejar plasmado en papel sus recuerdos gastronómicos con las posibilidades del maridaje. “Se trata de un libro que no pretende tener rigor académico, tan solo enseñar con sencillez y pasión los maridajes para todos los todos los momentos que se viven alrededor de una mesa”, dice el autor.
De esta manera pudo unir sus tres pasiones: la comida, los vinos y la escritura. Pues Robert, además de hábil lector, es un buen contador de anécdotas. Su amigo Leandro Lezcano lo impulsó a dejar plasmado en una obra literaria. Fue editado por Libella y ya se lanzó a la venta la primer tirada. Se trata de un viaje por la vida del sommelier y esos momentos gastronómicos que quedaron en su memoria, con una narrativa con humor y simplicidad, pero también con el ojo del experto sommelier que también conoce y disfruta del morfi.
“Todo empieza con una historia, y luego explico de manera descontracturada y sin tecnicismos cómo realizar un maridaje”, dice. En el libro, al que subtitula “El maridaje a través de mi vida” Robert narra más de 30 anécdotas tomando como eje principal una receta familiar o una comida típica de algún lugar para adentrarse en el mundo del vino.
Loza Bruno nació en la localidad de Veinticinco de Mayo. Cuando terminó el secundario se mudó a la ciudad de La Plata para hacer una carrera universitaria y se quedó. Su facilidad por comprender y percibir aromas y sabores lo llevó a anotarse en un concurso sobre vinos en la señal televisiva El Gourmet el cual lo llevó al podio y fue premiado con un curso intruductorio de vinos en la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), institución que recién se iniciaba. El mundo del vino lo atrapó y terminó haciendo la carrera de Sommelier Internacional en dicha institución.
En la actualidad, además de trabajar como enogastronómico en restaurantes y bares, forma parte del plantel docente de la Escuela Argentina de Sommeliers, EAS. Y desde principios de 2024, dirige la sede local de EAS en Casa Dionisio, lugar que elegimos para la entrevista.
En cada relato Robert transmite la nostalgia de esos momentos vividos. Te enseña además a analizar los componentes de un plato para llegar al correcto maridaje, sin entrar en detalles técnicos. Desde cómo elegir un vino para acompañar un plato de ñoquis con cada salsa, hasta platos sofisticados como un tataki de atún rojo.
Gran parte del proceso de escritura transcurrió en sus pagos, 25 de Mayo, durante unas vacaciones en la casa de su madre, quiene lo ayudó a develar detalles de cada anécdota. Aborda distintos productos y preparaciones como el queso, el cordero, sopas, sushi, risottos, entre otros; pero también cómo maridar un pastelito de membrillo, el arroz con leche o los zapallos en almíbar. Cada capítulo, con ilustraciones propias. “Me gusta mucho dibujar también”, acota.
Una de las historias más conmovedoras en la vida de Robert “los fideos y ravioles que hacía mi abuela. Es como que la estoy viendo todavía, con el delantal a rayas viéndola amasar. Y siempre cocinaba para todos”, dice Robert. “También me gustaba ir a comer las milanesas de mi tía Yolanda, pero además de que nunca más volví a comer milanesas y papas fritas así me gustaban las charlas tenía con mi tío Carlos (marido de Yolanda), un ingeniero civil que le gustaba mucho leer. “También los asados en el campo de los suegros de mi hermana, y chanfaina, (el pate casero) y el flan casero que hacía la dueña de casa”.
El libro apunta al amante del buen comer y el buen beber, “pero también al que quiera reírse un rato, a quien le gusta viajar en el tiempo y recordar esa receta de la abuela , de su padre o de su madre; los momentos de reunión en la mesa grande los días domimgos que se ha perdido mucho. Cuesta compartir en una mesa, quienes valoren el compartir un plato de comida con un vaso de vino con un chorro de soda, a quienes disfrutan de una mateada en una plaza con una torta frita o un bizcochito de grasa, un volver a los simple”.
“Yo aprendí algo de mi viejo, que uno no se tiene que guardar nada sino que hay que transmitirlo, y ese es el espíritu de este libro; además de contar historias cargadas de nostalgia y algunas muy divertidas, el deseo de transmitir mi conocimiento de una manera descontracturada, y que llegue a todo el público”, concluye.
El libro se encuentra disponible en Casa Dionisio (calle 12 e? 47 y 48), en la web de la vinoteca (link), en EAS (Escuela Argentina de Sommeliers) en CABA, en la tienda online de la editorial Libella, o bien pedirlo por DM a @robertlozabruno