Enseguida Volvemos: “Queremos contar nuestra versión de las cosas”

Ellos son arquitectos, Trabajaban de sus profesiones en Buenos Aires hasta que decidieron dejar todo para iniciar una aventura. Maria Belén Dalbesio (29 años) Nicolás Martin (30 años)  son Belu y Nico, creadores de la cuenta @enseguidavolvemos. Son pareja hace varios años y juntos están recorriendo Europa. El lunes incian una nueva etapa de su proyecto viajero: unir Italia de Sur a Norte en bicicleta. Desde Sicilia, Belu y Nico dialogaron con #Pinta sobre su nueva vida nómade:


– ¿Quienes son Belu y Nico?

Nos conocimos en la facultad y empezamos a hablar durante una pandemia —la de la gripe porcina— y hace diez años que estamos juntos. Nico vivió toda su vida en el mismo barrio y desde chico supo que quería ser arquitecto. Nunca estuvo metido en él la idea de viajar. Viajar, como para Belu, no era algo habitual, más allá de las vacaciones en familia en la costa argentina. El primer viaje a otro país lo hicimos juntos, con 19 y 20 años. A Belu le cuestan los cambios, como le costó irse a vivir de Capital Federal a Carapachay (Vicente López). Pero a los dos los moviliza lo mismo: la curiosidad.

No se trata solo de viajar, sino de ver. Queremos contar nuestra versión de las cosas, no con el fin de querer meter una idea, sino de movilizar a los demás, de hacerlos cuestionarse todo, como lo hacemos nosotros mismos. Frente a la oportunidad que tenemos de viajar, vamos con esa responsabilidad creada de contar, desmitificando prejuicios, haciéndonos preguntas: queremos conocer y entender.

– ¿Cómo fue tomar la decisión de dejar todo y aventurarse en este proyecto viajero?

Teníamos en la cabeza el plan de recibirnos de la facultad y hacer un viaje por Europa. Primero pensamos en un mes, después en tres, hasta que Nico dijo ¿y si nos vamos un año? Analizamos todo: qué hacer con la casa, con nuestras cosas, los trabajos, cómo financiarnos, cuánto costaba el viaje, a dónde queríamos ir. Después, nos dijimos ¿por qué no?-

– ¿Cómo nació @enseguidavolvemos?

Nació con la idea de usar Instagram para que los amigos y la familia puedan entrar en cualquier momento a ver dónde estamos y qué estamos haciendo. Ahora, también nos permite ponernos en contacto con otros viajeros/as que están haciendo o hicieron algo parecido a nosotros.

– ¿Cuál fue el plan de viaje original?

En nuestras últimas vacaciones hicimos un viaje con mochilas al hombro por Colombia con mucha flexibilidad: si un lugar nos gustaba, nos quedábamos más tiempo, íbamos resolviendo el día a día en el momento, dormimos en carpa frente al mar, y eso nos encendió una chispa de que no sólo éramos capaces de resolver situaciones que se presentaban, sino que viajar así nos daba una sensación de libertad enorme.

El plan original era viajar más o menos un año por Europa. Era nuestra primera vez en el continente, la primera vez que hacíamos un viaje tan largo y sin un pasaje de vuelta. Para poder hacerlo, renunciamos a nuestros trabajos pero dejamos nuestras cosas en casa (una casa que alquilábamos a un familiar y donde ahora está viviendo un amigo) porque no teníamos idea si nos iba a gustar viajar tanto tiempo o si íbamos a querer volver antes.

Para poder movernos con libertad y viajar sin preocuparnos por los 90 días de turistas permitidos en la zona Schengen, decidimos hacer primero nuestras ciudadanías italianas en Italia. El vuelo más barato de Argentina a Europa era a Londres, así que aprovechamos el primer mes y medio e hicimos un viaje a dedo por Escocia y por algunas ciudades de Inglaterra. Una vez en Italia, y durante el tiempo que durara la ciudadanía, íbamos a planificar por qué países seguir viajando.

– En el medio del viaje Belu lanzó su blog…

Sí. “La Hora Azul” (www.lahora-azul.com) nació como un canal de expresión y de reencuentro con el mundo que me apasiona y sobre el que sigo aprendiendo, la escritura. Además, es un medio para documentar lo que siento y vivo durante el viaje y para mí escribir es estar en la hora azul del día, donde hay una claridad perfecta para sacar fotos o mirar un paisaje —o para contar lo que me pasa.

– La bici es una de las protagonistas en este proyecto viajero ¿por qué la eligieron para iniciar esta nueva etapa? 

La ciudadanía italiana la hicimos en Sicilia, una isla al sur de Italia, porque teníamos familia. Mientras esperábamos que el trámite saliera —y con la idea de conocer el lugar donde nacieron los nonnos de Nico—, decidimos recorrer la isla. Evaluamos los costos y los medios de transporte y al final compramos las bicis sabiendo que, si hiciera falta, podíamos subirlas al tren y llegar en pocas horas a cualquier lugar de la isla. Lo que nos enamoró de pedalear fue podíamos llegar a cualquier rincón.

La bici es la libertad en su máxima expresión en cuanto a movilidad: si quiero dejar de pedalear me bajo de la bici y ya está; es una extensión de uno mismo. Fuimos conscientes de toda la topografía: se sentía cada subida, cada bajada, cada cambio en el paisaje, los cambios de temperaturas, los colores, los baches en el asfalto, los olores. Hoy, sentimos que podemos ir a cualquier lado en bicicleta. Además, el camino, más allá de llegar del punto a al punto B, se volvió parte del viaje: en la ruta pasan cosas.

– ¿Cómo los agarró la cuarentena? ¿Intentaron volver al país?

Estábamos viajando por un último tramo en Sicilia, esperando que estuvieran listos los pasaportes italianos y escuchábamos que en el norte de Italia la situación era compleja, pero siempre parecía algo lejano. Después, empezamos a ver que cerraban locales y espacios públicos. Frenamos en un camping en Catania, una ciudad importante de la isla, y a la mañana siguiente nos enteramos que habían decretado el cierre de todo el país: estábamos oficialmente en cuarentena.

Decidimos alquilar una casa para estar más tranquilos y para ver cómo seguía todo. Entre las opciones que evaluamos se nos cruzó volver a la Argentina, pero la logística era más compleja que quedarse en Italia, donde ya éramos ciudadanos. Apostamos que iba a ser por poco tiempo y que íbamos a poder seguir viajando pronto y nos tomamos la cuarentena como una parte más del viaje.

– Italia fue uno de los países más afectados por la pandemia ¿cómo se vivía esto en el día a día?

Nuestra casa estaba alejada del centro, en un barrio tranquilo, con un supermercado muy cerca, así que salíamos sólo para comprar comida y tirar la basura. Vimos las primeras filas para entrar al supermercado, la gente con barbijo, el silencio en la calle: lo único que se escuchaban eran sirenas de ambulancia y helicópteros. No vamos a negar que tuvimos miedos y muchas preguntas. Pasamos los dos meses adentro, con etapas de mucha reflexión, y nos apoyamos mutuamente cuando a alguno le agarraba el bajón. Aprovechamos mucho el patio que tenía la casa y nos hicimos una rutina de yoga, escritura, dibujo y cocina —y muchas videollamadas con la familia—: usamos la pausa para hacer todo eso que no se puede hacer estando en movimiento; hoy lo vemos como una transición a la siguiente etapa del viaje.

– Pasaron mucho tiempo confinados, ¿Cómo se siente estar ahora en la reapertura?

Se siente muy bien (risas). Ahora estar encerrados se ve como algo lejano: empezaron los días de calor y la calle está llena de gente.

La primera vez que salimos, allá por el cuatro de mayo, el Lungomare (el paseo costero) explotaba de gente en bicicletas, gente corriendo, grupos de amigos, y fue como un alivio, como sentir que volvía la vida, que estaba todo bien. Al principio fue chocante ver toda esa gente junta, algunos con barbijo o con guantes, pasándonos muy cerca unos de otros. Hasta ese momento, cruzarse con alguien en la vereda era ver cómo se tapaban la boca cuando te acercabas un poco, y los primeros días de reapertura teníamos ese instinto, de calcular por qué costado pasar para no rozar al otro.

Hoy, en Sicilia, más allá de las restricciones de los comercios (entrar con barbijo, ponerse alcohol en gel, respetar las puertas de entrada y de salida), se siente la alegría del verano, de las vacaciones, y la mayor parte del tiempo nos olvidamos de lo que pasó.

– ¿Qué es lo que más te atrapa de Europa?

Para nosotros Europa era nuestro viaje de arquitectos, porque en nuestra formación porteña en la carrera hay una visión europea muy fuerte, y queríamos ver en la vida real lo que estudiamos en los libros. También era un viaje por los árboles genealógicos de cada uno. Viniendo de un país tan grande como es Argentina, nos seduce Europa porque lo sentimos un continente abarcable, con distancias relativamente cortas para ver paisajes, lugares, costumbres, idiomas diversos, aunque la verdad es que hoy nos atrapan todos los continentes.

– ¿Cómo se financian?

Con nuestros ahorros. Durante meses analizamos los costos de viaje investigando todo lo que pudimos e hicimos un presupuesto para viajar un año sin trabajar. Al día de hoy estamos por debajo de ese presupuesto, lo que nos permite extender el tiempo de viaje, y prevemos trabajar temporalmente en un futuro cercano.

– Ustedes pasan mucho tiempo en campings ¿qué les seduce de acampar?

Estar al aire libre todo tiempo. Nos seduce el contacto con la naturaleza, ser conscientes de a qué hora sale el sol, cuántas horas de luz hay y, al igual que con la bicicleta, que llevamos la casa con nosotros. Además, nos gusta el ambiente del camping en cuanto a la solidaridad que se vive entre los campistas (que en realidad es algo que se da entre los viajeros).

Acampando libre está esa libertad, ese juego de ver dónde dormimos, de elegir el terreno, la posición de la carpa según el viento: te conecta con el espíritu más aventurero, del viajero nómada. Acampar se adapta a nuestra movilidad y nos permite elegir si desayunamos viendo la montaña o el mar, si nos levantamos y estamos rodeados de bosque, si cenamos viendo el atardecer en una península.

– ¿Qué fue lo mejor y lo peor que te pasó viajando?

Malo no nos pasó nada, pero podríamos decir que lo peor fue la burocracia italiana durante el trámite de la ciudadanía. Para Belu, lo mejor fue animarse, darse cuenta de lo que podía hacer: hacer autostop a desconocidos o viajar por una isla en bicicleta o acampar en la naturaleza. Para Nico, lo mejor fue tener tiempo para poder reflexionar y hacer lo que le gusta, hacer un viaje más introspectivo. Después de un período en Buenos Aires de mucho estrés, lo mejor fue pasar por esa metamorfosis de soltar muchas cosas desde hacía un tiempo le hacían mal.

– “Enseguida volvemos” hace referencia a que viajaron con pasaje de ida sólo por un rato…  ¿sueñan con volver a Buenos Aires? ¿qué planes tienen a futuro?

Últimamente venimos pensando mucho en el nombre del Instagram, porque nos quedó chico. En un principio fue una frase un poco irónica que nació como respuesta a una pregunta que nos hacían todos. Durante la cuarentena se nos dieron vuelta muchos planes, y entendimos que las cosas cambian y no dependen de nosotros. Si en un futuro próximo volvemos a Buenos Aires, es para estar con la familia y amigos y enseguida volvemos a viajar (risas).

Tenemos el plan de llegar para fin de este año a Barcelona con las bicis, pasando por toda Italia y una parte del sur de Alemania, Austria, Francia y España; vamos a ver cómo resulta todo en el camino. Además, tenemos ganas de vivir un tiempo en una ciudad para trabajar y estudiar y practicar el inglés —y ahorrar para seguir viajando.

 

 

BONUS TRACK >>

Apps que recomiendan para los viajeros

*Google Maps: descargamos los mapas para cuando estamos sin señal y marcamos con las etiquetas los puntos a los que queremos llegar.

*Bikemap: nos permite marcar un recorrido incluso con varios destinos y conocer altitudes y topografía. Nos sirve para estudiar la ruta y después nosotros decidir por dónde ir.

*Money Mgr: ahí anotamos todos los gastos. Nos permite tener un control del presupuesto y realizar balances mensuales, anuales, sacar porcentajes y tener cierta proyección de gastos.

*Reverso: un traductor que descubrimos hace poco y nos funciona mucho mejor que el Traductor de Google porque te da contextos para la palabra buscada.

*Estamos investigando en el sitio web de EuroVelo y en los sitios web oficiales de cada región que tengan rutas para ciclistas.

*Travel (de Michelin): te marca muchos sitios de interés en el lugar donde estás y con eso tenemos un panorama de qué podemos ver alrededor nuestro.

*Airbnb, Hostelworld y Booking: para hospedajes, siempre evaluando las tres y viendo cuál es la opción más económica.

*Warmshowers: similar a Couchsurfing pero para ciclistas. Ahora estamos planificando bastante en base a esta aplicación.

*Hopper y Skyscanner: son buenos buscadores de vuelos baratos sobre todo si se viaja con bastante flexibilidad de días y horarios.

*InShot: para editar videos que subimos a las historias o al IGTV. Una herramienta gratis y muy intuitiva.

*Snapseed y Bazaart: para editar fotos.

 

Seguí a Belu y Nico en la redes: @enseguidavolvemos

Fotos: gentileza Belu y Nico

 

 

Pinta Magazine

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