Cielo y Tierra: de La Plata a devorarse el mundo

Por Silvina Baldino

Detrás del proyecto viajero Cielo Y Tierra se encuentran Manuela y Facundo, una pareja platense (por adopción) que decidió lanzarse a recorrer el mundo, reflejando la esencia de los destinos que visitan en cada uno de sus posteos. En La Plata muchos los recordarán como “los chones” (@chonesxlaplata, ahora @chonesxelmundo ) compartiendo sus experiencias en la escena gastronómica platense. A casi un año de iniciar esta aventura, la situación global provocada por la pandemia hizo que el plan quedara en standby. Hoy los encontramos cumpliendo cuarentena en Francia.

Manu nació en Tres Arroyos y es profesora de Educación Especial. Facu, un ingeniero industrial con raíces en Necochea. Están juntos desde hace 6 años. “Nos conocimos cuando ambos estábamos estudiando en La Plata; nos presentaron unos amigos en común” dicen. Apasionados por el buen comer, los (le) chones solían recorrer ‘Cielo y Tierra’ (así rezaba su IG) para mostrarles a sus seguidores lo mejor de la movida gastronómica de La Plata. En 2019 todo cambió cuando decidieron dejar sus puestos laborales, vender todo y emprender una aventura. Desde los Alpes Franceses, Facundo y Manuela hablaron con #PintaMag sobre su proyecto viajero Cielo y Tierra.


– ¿Quienes son Facu y Manu? ¿Cómo se definen?

Podríamos decir que Manu es la creatividad y Facu la practicidad. Manu es energía y Facu tranquilidad. Manu escribe y Facu lee. Manu se sorprende y Facu analiza. Y juntos, nos complementamos. También es cierto que no hay roles tan definidos, sino que van cambiando según la situación. El resultado suele ser el mismo… todo termina saliendo bien. Juntos somos divertidos, cómplices y organizados.

– ¿Cómo empezó su pasión por los viajes?

Siempre nos gustó viajar y cuando nos conocimos fue más que un punto en común. Pudimos hacer varios viajes juntos y en el último, a México, nos dimos cuenta de que no queríamos unos pocos días al año, teníamos hambre de mundo y hasta se podría decir, necesidad de descubrirnos en otros escenarios.

– ¿Cómo es viajar en pareja?

Se dio de manera natural porque compartimos un mismo sueño. La convivencia nunca nos preocupó porque ya vivíamos juntos. Durante el viaje todo es nuevo, se vive intenso y nos hace conocer al otro en otras situaciones, cosa que particularmente nos enriqueció muchísimo y fortaleció. Relajarnos, divertirnos, trabajar, angustiarnos juntos, hace que nos acompañemos mucho y nos disfrutemos al 100%. Logramos complementarnos y potenciarnos, es genial como cada uno se acomoda con lo que le gusta en el momento y desempeña roles diferentes para resolver cualquier cuestión.

– ¿Cómo nació Cielo y Tierra? ¿Qué los impulsó emprender este viaje?

Cielo y Tierra nace para contar nuestra vida viajera y hacer una especie de bitácora digital y álbum de fotos de nuestro viaje. Inicialmente para compartir nuestro día a día con familiares y amigos. ¿El nombre? ¡Somos nosotros! según la situación, el momento y el tema. Somos dos soñadores y el cable a tierra del otro. Además así llamábamos, entre risas, al dúo musical, en las tardes platenses, donde Facu tocaba la guitarra y Manu cantaba.

– Ustedes están documentando todo en un proyecto hermoso como es ‘Apolo’. Cuentennos un poco de eso…

Documentar el viaje en formato papel para nosotros es indispensable, hacer collage, recortar mapas, pegar tickets, resumir los itinerarios junto con alguna anécdota, dibujar, de eso se trata. Pero en este viaje lo hacemos por partida doble, tenemos una misión: llevar a Apolo II a dar la vuelta al mundo.

Gigi de Papel Limón, entre todas las cosas hermosas que hace, creó el Proyecto Apolo, un diario que recorre el mundo en manos de distintos viajeros, que escriben sus aventuras y lo fotografían en distintos paisajes. Paralelamente, Apolo II, o como le decimos nosotros “Apolito”, viaja solo con nosotros, ya es parte de nuestro viaje, de nosotros.

– ¿Cómo se financian? ¿Qué hacen para ahorrar?

A Francia nos vinimos con una visa Work and Holidays, que nos permite trabajar. Al principio usamos nuestros ahorros, pero rápidamente llegó el verano y nos pusimos a trabajar para aprovechar la temporada en la Côte d’Azur o Rivera Francesa. Durante el otoño viajamos y para aprovecha otra temporada fuerte, nos vinimos a los Alpes Franceses a trabajar por el invierno.

No creemos que haya recetas ni secretos, para poder costear un viaje, hay que laburar! Nosotros particularmente vivimos con lo justo mientras trabajamos, para poder ahorrar y viajar luego.

– Los sorprendió la cuarentena trabajando…. ¿pensaron en volver a Argentina?

Todavía nos quedaba un mes más de contrato cuando, en Francia, declararon cuarentena obligatoria. De un día para el otro pasamos a ser desempleados y estar varados en el medio de la montaña. Fue todo tan rápido! De repente todo lo que se decía de China comenzó a pasar en Europa, precisamente del otro lado de estas montañas estaba la región más afectada de Italia y nosotros en una especie de burbuja nevada.

Por nuestra mente pasaron muchas cosas principalmente nuestros seres queridos. Cuando quisimos acordar había vuelos de repatriación y una movida gigante de argentinos desesperados por querer volver a casa. En ese momento lo hablamos y por más que queríamos estar en Argentina -más que cualquier otra cosa- sentimos que ocupar dos lugares de esos vuelos especiales, era egoísta de nuestra parte.

Nuestra visa terminaba el 5 de Mayo, pensamos que de alguna manera nos íbamos a arreglar, mal que mal nos defendíamos con el idioma, ya sabíamos cómo manejarnos.. pero ¿qué pasaba con todas las personas que no?. Las que por mil circunstancias diferentes no podían costear una cuarentena en Francia, las que tenían compromisos, trabajos, estudios, familia… Además hay una realidad, las estaciones y aeropuertos eran focos gigantes de contagio y  nos pareció muy arriesgado por nuestra salud y la de nuestras familias que iban a tener que mover ‘cielo y tierra’ para que cuando llegáramos a Argentina tuviéramos un transporte seguro para viajar a algún lugar donde estemos aislados, lejos de ellos (porque ya no tenemos casa propia). Era realmente muchísima complicación y riesgo que no estábamos dispuestos a hacerles pasar a nuestras familias.

– ¿Cómo son sus días en este paraíso de Francia?

El mismo día que comienza la cuarentena, la familia dueña del hotel donde trabajábamos nos invitan a pasar la cuarentena con ellos, dándonos techo, comida y sobre todo contención. Fueron una especie de ángeles de la guarda, siempre lo decimos. Al pasar los primeros 11 días se fueron todos, dejándonos el hotel solo a nosotros dos y a Josephel pastelero.

Hace 39 días que estamos de cuarentena en el hotel, tratamos de pasar nuestros días conectados con la naturaleza, comenzamos a transitar el camino de la meditación, escribimos, leemos, y en contraposición con tanta calma, cocinamos y comemos mucho, hacemos distintas actividades para el hotel. De a poco vamos cancelando el viaje por 19 países, que pensábamos hacer después de la temporada, además de cancelar nuestra visita a Argentina en junio y no paramos de buscar opciones para nuestro futuro cercano! Porque realmente es imposible planificar.

– ¿Son de planificar o improvisan?

En líneas generales somos de planificar, pero siempre estamos abiertos a lo que pueda ir surgiendo en el camino. Planificar dentro de un viaje implica organizar un montón de aspectos como por ejemplo el económico, para nosotros es importante saber qué se puede ahorrar en base a los ingresos, calcular los gastos. O cuándo comenzar la búsqueda de empleo según la temporada y la región a la que se quiera ir, entre otros aspectos.

– ¿De todos los destinos que visitaron, flasharon con alguno en particular? ¿Por qué?

Uf! Hasta ahora vamos conociendo alrededor de 80 ciudades, entre Francia, Mónaco, España, Portugal y Marruecos. Nos es súper difícil elegir, creemos que cada una tiene su particularidad y algo que la hace especial. Si duda Marruecos fue de lo más distinto que hemos vivido hasta ahora, desde el idioma, pasando por su religión y gastronomía hasta llegar su forma de vivir y actuar. Es un viaje de aromas y sabores muy particulares, hay que estar preparado sin duda, se ponen en juego todos los sentidos.

– ¿Qué cosas aprendieron viajando?

Sentimos que la cabeza se nos abre cada vez más. Es muy interesante convivir con culturas diferentes, estamos aprendiendo a aceptar y no juzgar, a respetar y tolerar la diferencia por más que choque con lo nuestro. Por otro lado, nos dimos cuenta de nuestra capacidad de adaptación, la flexibilidad que te exige viajar permanentemente e ir acomodándonos a los cambios, fue algo que nos sorprendió. También introducimos nuevos hábitos y mayor conciencia ecológica. Nos esforzamos por hacer un turismo responsable y sostenible, es realmente impresionante las huellas negativas que deja la actividad turística en la naturaleza!

–  ¿Qué Apps o páginas que les son útiles cuando están de viaje?

Apps tenemos miles, el celular explotado! Para cada país suele haber Apps específicas pero las que nosotros solemos usar en todos lados son:

· para hospedarnos: HostelWord, Booking, Airbnb
· para ubicarnos: Google Maps
· para viajar: Blablacar, Omio, Rome2rio y Skyscanner
· para comunicarnos: Traductor de Google
· para hacer voluntariados: Workaway y Worldpackers
· para la salud: la apps del seguro de viaje
· para escuchar música: Spotify
· para ver series o películas: Netflix
· para dinero: N26 nuestra tarjeta europea, y la app del banco argentino.
· para guardar todo: Drive

– ¿Están listos para arriesgar su próximo destino? (cuando todo esto pase)

Va cambiando tanto todo, que es difícil hacer futurismo y planear. Pero sin duda sería ¡Argentina! Sumándole el viaje por Europa, que habíamos planeado para cuando terminábamos de trabajar.

Seguí las aventuras viajeras de Manu y Facu en Instagram: @cieloytierra_ar
También, su mundo foodie: @chonesxelmundo
Fotos: gentileza de Facundo y Manuela

Pinta Magazine

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