Caspalá. Así es el pueblito jujeño elegido como uno de los mejores del mundo

A espaldas al Hornocal, conocido como el Cerro de los 14 colores, un pueblito escondido elegido como el mejor en todo el planeta. La localidad jujeña de Caspalá fue distinguida entre los 44 pueblos del mundo por su compromiso con la promoción y la conservación del Patrimonio Cultural y el desarrollo sostenible a través del turismo en la iniciativa #BestTourismVillages de la World Tourism Organization (UNWTO).

El pueblo argentino con 50 familias que triunfa entre turistas por sus cascadas naturales y sus rutas arqueológicas. Ofrecen una experiencia adaptada a los modos locales con el deshoje de chalas o la elaboración de queso, entre muchas más. Ubicado en el departamento de Valle Grande, justo a 240 kilómetros de San Salvador de Jujuy, este pequeño pueblo es muy colorido gracias a las cintas de colores y rebozos bordados.

La participación de Caspalá se sustenta en lograr consolidar un modelo de desarrollo turístico sostenible que preserve el ambiente, los saberes y labores de sus pobladores junto al patrimonio inmaterial, además de buscar la generación de empleo en el lugar, priorizando el desarrollo de los grupos considerados más vulnerables, jóvenes y mujeres.

En lo relativo al turismo, se han presentado propuestas para la generación de estrategias de mercado para los productos tradicionales derivados de la agricultura y las artesanías, teniendo como objetivo crear una marca que posicione al pueblo de Caspalá a través de sus tradiciones y su biodiversidad.

Para llegar hay que trasladarse cuatro horas desde Humahuaca o desde Calilegua y allí aparece, enclavada entre dos ríos y dos montañas en el noreste de Jujuy. El camino hasta este pequeño pueblo es un viaje entre montañas multicolor de una belleza inigualable que conduce a una comunidad ancestral con fuerte impronta andina.

En el pueblo, entre sus principales puntos de interés se encuentra la Iglesia Santa Rosa de Lima, capilla construida en la década de 1840 por Don Tomás Coronel. Sus campanas de bronce fueron traídas de Perú así como la imagen de la patrona del pueblo. Cada 30 de agosto Caspalá celebra su fiesta patronal.

Las mujeres de Caspalá con sus sombreros y sus vestimentas coloridas, son otro símbolo del pueblo. Se trata de prendas que ellas mismas bordan. Mujeres artesanas bordadoras, apasionadas en su labor.

Los circuitos obligatorios son: Cascada del Silencio, la visita al Corazón del Hornocal, el paseo por la Cumbre Serrania del Hornocal (parte del Camino del Inca), las Cascadas Naturales de la Casa Mocha y el Sitio Arqueológico Antigüito, entre otros.

Para ir a la Cascada del Silencio, una vertiente de agua que surge entre las montañas como un desvío del Río Grande, se parte desde la senda del antiguo camino inca, pero en lugar de caminar cinco horas hacia el cerro hay que andar tres horas y tomar una bifurcación del camino principal.

Si el plan es conocer Pueblo Antiguo ruinas arqueológicas con vistas en altura desde las montañas, es preciso caminar dos horas. Implica un trekking de dificultad media, y podés detenerte en el mirador Antigüito y el Río Hornos.

Para hacer el Camino del Inca con Cumbre Serranía del Hornocal, hay que hacer una caminata desde Caspalá a la cumbre de la sierra del Hornocal de 24 km de ida y vuelta y dos días de duración.

Un paseo en fotos >>

Más info del lugar en Instagram: @futuro_caspala

 

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