Ediciones de la Montaña: dos amigas que unieron sus pasiones en libros

Por Silvina Baldino

Son amigas desde que eran chiquitas. Viven en Bariloche y juntas decidieron unir sus pasiones (fotografía + pastelería). Así nació Ediciones de la Montaña, una pequeña editorial independiente con una colección de libros que pone en valor la convivencia de los sabores con la geografía de la Patagonia Argentina.

Angeles Peña es fotógrafa, tiene dos hijas y trabaja como creadora de contenido visual para redes sociales y proyectos fotográficos como artista. Julieta Zancada es pastelera, y se formó en las exigentes cocinas de los hoteles y refugios de montaña de Bariloche. Actualmente elabora mesas dulces para eventos con impronta patagónica, además de pilotear una marca de blends de tés (Tenki Patagonia), junto a su hermana Octavia Zancada, y en la que Ángeles resguarda la identidad visual.

“Julieta siempre me decía que tenía que hacer un libro de paisajes, con imágenes de Bariloche para que la gente que viniera a visitar la ciudad se llevara un lindo recuerdo”, cuenta Ángeles. “Esa idea no terminaba de cerrarme.. hasta que un día Julieta me comentó que ella quería hacer algo con sus recetas. Fue ahí que se nos ocurrió unir fuerzas y crear un libro que hable del lugar, pero desde un lugar mas íntimo, de los paisajes y los sabores”.

Así surgió el primer libro de la colección Ediciones de la Montaña. El primero de ellos fue “Frutos del Bosque”, en 2014. “La premisa de nuestro primer libro fue el de compartir momentos, compartir esas recetas que fueron atesoradas por mucho tiempo, recetas que nunca fallan y que fueron de boca en boca entre amigos y familiares”, cuenta Ángeles. Además, con el toque artístico de la fotógrafa: “captura de momentos, rinconcitos, luces… le sumamos este estilo de fotografía que se escapan de las típicas postales patagónicas, y lo unimos con la pastelería”.

“Las fotografías de Ángeles Peña no ilustran el aburrido paso a paso de hornear un pastel sino la abrumadora variedad de luces, colores y texturas que hacen un día en Bariloche. La belleza de un pastel recién horneado o de un membrillo colgado de su rama, ignorante de su destino comorelleno de pastaflora . Las personas y los momentos que nos dan ganas de sentarnos, apreciar el mundo y comer tanto como podamos, con los ojos y la boca (…)”. Mercedes Villalba en Frutos del Bosque (2014).

Poner en marcha un proyecto como este implica dedicación, pasión y buscar ayuda para llevarlo a cabo. “Al ser fotógrafa se me facilitó bastante todo lo que es visual, como la compaginación, cómo se vinculan las imagenes, etc.”, cuenta Ángeles. “Además, como estudié diseño gráfico hice mis propios aportes… de todas maneras trabajamos con un grupo de diseñadoras para poner a punto el interior de los libros. Por su parte, Julieta se encargo de la redacción de las recetas, luego las enviamos a corrección, y también a traducir porque es un libro bilingüe. También en cada edición buscamos a un invitado a que nos haga una introducción, una bienvenida”.

En 2016 llegó “Frutos de la Patagonia”; y en 2019 “Frutos de Estación”. “Siempre lo pensamos como una colección, o sea diferentes tomos de un mismo proyecto. Abordar desde diferente lado pero que mantengan la misma linea”, cuenta la autora. “Todo fluyó muy bien desde el principio, por suerte. Lo más difícil fue la etapa de impresión, porque estábamos lejos (la imprenta es de Buenos Aires). En el primer libro estuve en BA pero luego a la distancia…”, agrega Ángeles.

“En la vastedad de la Patagonia hay una casita, en esa casita hay una cocina. En esa cocina hay dos amigos. Se hacen cremas y costras; el otro toma fotos, roba cerezas y se come las migas de las latas. A diferencia de nuestro paisaje imaginado, este lugar es pequeño. Hay huellas dactilares de mantequilla y harina por todas partes y cada centímetro de los muebles, mesas y mostradores están cubiertos de frascos, latas, ollas, fuentes y platos con rodajas de fruta, ramas de canela y vainas de vainilla”. Pepa Salamanco, en Frutos de la Patagonia (2016).

La inmensa geografía patagónica su producción, sus inmigrantes y sus aborígenes han impregnado de deliciosos sabores a la tierra, y quedan plasmados en estas recetas. “La Patagonia tiene de especial todo lo que es la fruta fina , se consigue naturalmente en los jardines y uno esta acostumbrado a comerlas desde la infancia y todo el año. Uno puede hacer dulces y conservas, o congelarlas. Uno tiene es e acceso fácil a esa fruta deliciosa como son las frambuesas y los arándanos”, detalla la fotógrafa.

En los libros vas a encontrar  recetas como “Bomba de Amor y Chocolate, con el chocolate y las frambuesas como protagonistas; Almíbar de Flores de Sauco; Scones de frutillas; Espuma de limón de Cecilia; Budín de Grace (con canela molida); Pan de banana; Torta de cardamomo y cerezas; Trufas; Pan de avena; Torta de frutos secos; y más. “Son recetas fáciles, que nunca fallan y que son tal cual uno la ve en la foto”, aseguran las autoras de esta colección de libros -con texto en español y en inglés- que recorre todo el país.

“El paisaje de la Patagonia está plagado de sabores. Cada postal es un plato elegantemente presentado. Las montañas son esponjosas, la estepa, crujiente. Los bosques son tiernos, frescos y cremosos. Las laderas, crocantes. Los lagos, sorbetes de frescura. La nieve es una cobertura aterciopelada que completa decorativamente. Una porci´pn de sonidos propios de la naturaleza se agregan como guarnición de un banquete que arropa, templa y reconforta”. Cristian Kloster, en Frutos de Estación (2019).

Ediciones de la Montaña es una colección de libros para atesorar. Recetas dulces y paisajes del sur argentino. Un punto de encuentro de una Bariloche desde lo visual y lo gatsronómico. Si sos foodie, no debe faltar en tu hogar. Podés conseguir la colección enviando un mail a edicionesdelamontana@gmail.com. Hacen envíos a todo el país. También encontrás la colección en algunas tiendas de la ciudad, como @tiendalenid o @nutridietlp.

En Instagram: @edicionesdelamontana

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