Cinco playas rústicas en Uruguay que tenés que visitar

Por Silvina Baldino

>> Punta del Diablo
Este pintoresco pueblo de pescadores con ranchos de madera y calles curvadas por el viento, playas solitarias y un pequeño centro artesanal, seducen a todo aquel que pisa sus arenas. Y es que su paisaje de casitas pesqueras sobre el mar le imprime un encanto sin igual.
Playa de la Viuda es la más idílica de la zona. Desde el faro y la casona de la viuda -un personaje local mitad leyenda mitad real- son casi treinta minutos a paso rápido hasta las rocas donde se inicia la bahía de pescadores. Aquí hay mucha playa para caminar en donde se puede ver a chicos jugando a las paletas, barquitos en el medio del paso, pareos, reposeras.
Aquí el estilo de vida descontracturado y la diversión se complementan a la perfección. Vale la pena pasar por Mala Vida Kofi Yop para saborear comida naturista en alguno de sus chiringuitos apostados sobre el boulevard con un ambiente chill. A la tardecita, un paseo por la feria de artesanos, y luego picar algo en Al Pairo, uno de los pocos que conserva a rajatabla la tradición culinaria, en base a miniaturas de pescado y buñuelos de algas y con una vista espectacular del mar que armoniza a la perfección con los deliciosos mariscos.
En cuanto a salidas nocturnas, los pubs pegan fuerte en Punta del Diablo. Y allí Primata Bar resulta uno de los más concurridos. Música, terraza y vista al mar.
En cuanto al alojamiento, una nueva opción en la playa de la Viuda -la favorita de Punta del Diablo- es la posada La Viuda del Diablo, que surgió como un bar de playa y fue tomando la forma de un sólido complejo de suites modernas, con jacuzzi y decks que miran al mar. También está la infaltable opción de obtener un buen lugar a través de airbnb.com

>> Aguas Dulces
Sencillez y tranquilidad son parte de la identidad de este balneario al sur de Punta del Diablo. Su paisaje se define por las casitas simples -muchas de ellas construidas con palafitos sobre la arena para enfrentar las crecidas del mar-  y sus calles sinuosas de nombres peculiares, donde se respira el aire de un pueblo de pescadores. Fuera de lo que es disfrutar de las playas extensas, una opción entretenida es visitar el cruce de Cachimba y Faroles con Avenida de los Creyentes, donde hay una intensa actividad comercial artesanal. Después de recorrer los puestos, sobre la calle principal hay varios locales para comer y tomar algo, y  muchas veces se puede encontrar música en vivo.
Entre las opciones gastronómicas está El Chivito Veloz, un clásico del centro de Aguas Dulces, con parrillada, pizzas, pescados y minutas. El chivito, por supuesto, es el protagonista del menú. Está en Cachimba y Faroles esq. pasaje a la playa. Por las noches una buena opción es Terral Bar, donde disfrutar de pizzas gourmet, unos tragos y música en vivo en un hermoso ambiente. Alojamiento: airbnb.com

>> Barra de Valizas
Es el foco de la movida bohemia de Rocha. Artesanos, músicos y artistas callejeros llegan año a año a Valizas a disfrutar las gr andes dunas y el sol, junto a varios grupos de jóvenes y algunas familias. La sencillez del pueblo, con sus calles de tierra y sus ranchos de madera y quincho, muchos pintados de colores, dan un encanto especial al balneario. Algunas casas con luz eléctrica ya hay, pero muchos prefieren prescindir de ella.
Durante el día, la playa obliga. El kit básico es un buen mate, libros y una buena dosis de capacidad introspectiva. Los más activos eligen cruzar el arroyo Valizas en bote y subir el cerro de la Buena Vista, desde cuya punta se divisa el “Cabo” y la laguna de Castillos.
Por la noche, hay que dejarse cautivar por los ritmos improvisados, que siempre siguen hasta tarde. Los restó de Valizas mantienen el perfil descontracturado y simple que define al balneario. Tanto al almuerzo como a la cena, hay buenas opciones para salir a comer por precios accesibles. Lo del Cholo es el lugar para ir a comer ricas pizzas. El propio “Cholo” se encarga de elaborarlas, cocinadas al horno de leña y con variedad de gustos para elegir, incluyendo camarones y mejillones. Todas las noches hay música en vivo.
Por otro lado, Punto G invita a disfrutar de deliciosas meriendas en su increíble patio rústico y verde. Tortas caseras como la de dulce de leche, chocolate y banana, o la de zanahoria, almendra y manzanas, entre las más elegidas. Además, ésta es la mejor heladería de Valizas, en donde se pueden encontrar sabores exóticos como mburucuyá, el butiá (fruto típico de la zona), o miel con naranja y jengibre. Adentro de Punto G, se puede ver un mini museo con reliquias de la zona.
A pesar de la serenidad que caracteriza a esta playa, en Barra de Valizas se puede tomar algo y quedarse a bailar reggae o rock hasta entrada la medianoche. El infaltable de Valizas es el pub El León, frente a la Plaza, donde la noche arranca con b andas en vivo y sigue con DJ convocando a la mayor parte de los jóvenes. Alojamiento: airbnb.com

>> Cabo Polonio
Esta playa de Rocha ha sabido preservar esas características que lo convierten en el destino más especial de Uruguay. Declarado Área Protegida y Parque Nacional por su gran riqueza ecológica, Cabo Polonio es un lugar casi apartado de la civilización tal como la conocemos: sólo se puede llegar mediante los vehículos autorizados, unos monsters trucks que cruzan 7 kilómetros de dunas y bosques de la reserva natural.  En Cabo Polonio no hay luz eléctrica (salvo por el faro), no se venden cables, no hay Internet y no se venden helados. El agua se sigue extrayendo de pozos y no se puede construir más. Las casas que están son de pescadores que llegaron hace 40 años atrás y armaron su hogar donde se les dio la gana. Por eso tampoco hay calles ni plazas, y los pocos vehículos que se ven son de los vecinos.
A Cabo Polonio llegan quienes eligen el desenchufe total, aunque hay mucho para recorrer. Entre los mejores planes de los visitantes figuran: dar una vuelta por el extremo del Cabo para ver el icónico Faro y muchas de las mejores casas pueblo, además de una vista panorámica increíble desde lo más alto de las rocas donde hay cientos de lobos marinos descansando; ver la caída del sol en la playa; observar el cielo estrellado de la noche tomando mate y charlando.
Además, los bares con música en vivo, las luces de las velas y los artesanos dan vida a la localidad tras el anochecer. El paseo siempre da lugar a alguna sorpresa: artistas callejeros, fogones improvisados, fiestas electrónicas surgidas como de la nada en medio de las dunas.
Para comer rico: La Perla (ahora convertido también en hostería) con un hermoso deck sobre la Playa de La Calavera, a pasos del mar. Se destacan los camarones a la milanesa y es uno de los pocos lugares que aceptan credit card.
Alojamiento: airbnb.com

>> Punta Rubia
Vecina de la famosa La Pedrera, a lo largo de los dos kilómetros de playas anchas en Punta Rubia el viajero puede escaparle a la multitud. Esta pequeña y tranquila localidad rochense cuenta con una geografía privilegiada que la coloca sobre terreno elevado, permitiendo al visitante una vista óptima de cara al océano en cualquier lugar en el que se encuentre, recorriendo desde la ruta hasta el agua una perpetua pendiente. La zona tiene un encanto natural especial debido a la presencia de unas formaciones rocosas que se encuentran entre las más antiguas del mundo, sumadas a un bosque indígena estos aspectos le brindan un particular encanto agreste.
Las típicas casas de Punta Rubia Típica casa de Punta Rubia están construidas sobre palafitos. De esta manera se logra una mejor vista y permite construcciones más económicas en zona muy arenosas.
En cuanto a la gastronomía, Punta Rubia está limitada. En esta playa se destaca la Reserva Punta Rubia donde también tiene espacio para alojarse, en medio del monte indígena. El Ecolodge Reserva Punta Rubia es un encantador espacio de casi 3 hectáreas con restaurante (con verduras y hortalizas de su propia huerta orgánica, además de los infaltables pescados y mariscos), planta purificadora de agua y pileta. También, podés encontrar más alojamiento en airbnb.com.
La actividad nocturna es muy tranquila, limitándose en verano a la música en vivo que ofrece el restaurante del Parque Reserva. Quienes buscan más opciones, se trasladan a La Pedrera (unos 5 minutos en auto), sobre todo si es carnaval ya que en estas fecha la movida es gr ande. Es que a lo largo del verano en la playa vecina balneario hay numerosos espectáculos con música en vivo, lo que incluye un evento anual de Jazz.

Fotos: vivirocha.com.uy

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