Pasaporte: un viaje de sabores en Gran Galpón

Por Silvina Baldino

City Bell sigue afianzándose como polo gastronómico. No sólo por las recientes aperturas, sino por las excepcionales propuestas que sorprenden hasta el más sibarita. Esta semana Gran Galpón -estación de cócteles- estrena “Pasaporte”, una novedosa experiencia de sabores donde las tapas se maridan con cócteles, todo ellos súper especiales.

“Pasaporte es una propuesta que venimos desarrollando hace unos meses con el equipo de Gran Galpón. La idea es generar una experiencia distinta desde los sabores y las presentaciones de los cocteles” cuenta Gon Cabado, jefe de barra. Junto a él, trabajaron en este proyecto los bartenders Nicolás Erazun, Juan Andrade, Mati Abreu y Camila Trejo, además de Lucas Kosak como responsable de la cocina, y el gerente del bar Ariel Molfino.

Gran Galpón evoca a una antigua estación de ferrocarril. Y quienes llegan al lugar puede obtener su “Pasaporte”. El viaje es una aventura al paladar que transcurre en 6 estaciones, recorriendo distintos sabores y disfrutando de sensaciones únicas en cada parada. Se trata de un menú de 6 pasos de cócteles, cada uno de ellos con un tapeo diferente. “La experiencia pasa por todos los tiempos de una cena tradicional, hay aperitivos, cócteles más complejos, hasta digestivos. Uno de los conceptos importantes del menú es que los clientes participen, en la mesa, de la elaboración del coctel”, dice el bartender.

Una aventura para el paladar

La música suena de fondo, sin invadir la conversación. El sector del living, con unos confortables sillones Chester de cuero y una gran mesa de madera dominando la escena, fue el espacio del bar elegido para vivir esta experiencia. Nicolás Erazun y Lucas Kosak, los guías de viaje con nuestro “Pasaporte”. La bienvenida tuvo como protagonista al Bloody Mary versión Gran Galpón, un coctel salado que pretende abrir el apetito: jugo de tomate, vodka macerado en eneldo (1 semana), tabasco, salsa inglesa, sal de olivas negras, jugo de remolacha, jugo de limón, y decorado con apio, eneldo y chip de remolacha. El primer plato de acompañamiento: Salmón ahumado en base de pan brioche, con una crema de mascarpone de remolacha, caviar de olivas, ceniza de apio y reducción de remolacha.

Luego deleitamos un Negroni clásico con gin, Campari y Martini rosso previa participación nuestra del filtrado en Chemex con mix de especias (hibiscus, cardamomo, pimienta blanca, pimienta negra, romero seco, anís, clavo de olor), en vasos refrescados en freezer, con una roca de hielo cristal hielos, perfumados con romero, y twist de naranja. Para maridar el Negroni, Carpaccio de langostinos con reducción de aceto, vinagreta de ciboulette, rúcula fresca con oliva y tostones de pan rústico.

Llega el tercer paso y se acerca el barman con un detalle impensado: la ponchera de la abuela. Y allí yace, sobre la mesa, un tentador Punch: con vino torrontés, bitter rojo (Campari), jugo de limón, jugo de ananá, bitter floral (Gibson’s) y está perfumado con rodajas de cítricos y flores comestibles. Como maridaje, el chef nos invita a degustar Pollo Satay, un plato del Sudeste Asiático que significa “tres encimados”. Macerado en salsa de cúrcuma con algunas especias como nuez moscada, maní, sal, pimienta y leche de coco; se sirve en pinchos y acompaña dos pequeños cuencos: unos pepinos fríos y crujientes en una vinagreta, y otro cuenco con la misma salsa de la maceración para quienes quieren intensificar el sabor.

“El maridaje fue muy pensado, con una línea muy marcada entre el coctel y la tapa que acompaña”, dice Gon Cabado y agrega: “o comparten algún ingrediente o siguen una misma línea y, en algunos pasos, hasta son opuestos que se complementan”. Llegamos a la cuarta estación de este viaje y le damos la bienvenida a un Gin Fix en una tetera con cuencos chinos. Claro, el recipiente define el contenido. El trago ha sido preparado con gin, té negro, almíbar de apio, clavo de olor, anís estrellado, jugo de limón y yogur natural. Para adornar el cuenco, una tenca de apio y clavos de olor. Un placer a los sentidos. Maridamos este delicioso trago con un Cochinillo asado macerado en especias, chips de batata, crema de rábanos y menta frita.

Para comenzar la etapa final del viaje llega un Espumante: sidra, gin, syrup de cardamomo, jugo de limón y vermut bianco. Acompañamos con un Tiramisú de mango, con una base de soletillas bañadas en almíbar de café y Marsala, capas de mascarpone casero, mango caramelizado, cacao y baño de almíbar de café y Marsala. Por último, la bebida más digestiva que consumimos en Argentina: una petaca con Fernet macerado con granos de café panameño de Llama Coffee Roasters que pudimos disfrutar en pequeñas copas de cristal vintage resfrescadas. Como escolta, unas Trufas de chocolate negro con cacao y frambuesa.

Esta nueva propuesta de Gran Galpón, la que bautizaron “Pasaporte” atrapa al comensal de principio a fin, con detalles que generan sorpresa y con creaciones gastronómicas únicas. Si hay un punto más para destacar es la cortesía de los anfitriones, quienes comparten las historias y secretos de las preparaciones durante toda la velada. “Creo que vale la pena conocer el Pasaporte, se van a encontrar con sabores nuevos, métodos de elaboración distintos y romper con la idea de que es difícil acompañar la cena con cocteles”, concluye Cabado.

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“Pasaporte” – Gran Galpón

Dónde: Cantilo n° 243 e/ 13 B y 13 C, City Bell.
Cuándo: jueves, viernes y sábados a partir de las 21.00. Con reserva previa. Hasta 6 personas.

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